¿Buscas un destino que combine cultura, historia, naturaleza y planes divertidos para toda la familia? Este año la provincia de Zamora se convierte en un escenario perfecto gracias a la nueva edición de Las Edades del Hombre, una exposición que no solo muestra el mejor patrimonio artístico y religioso, sino que además incorpora propuestas pensadas especialmente para los más pequeños. Y lo mejor: la visita a la capital se puede ampliar con escapadas por toda la provincia llenas de aventuras para todos los gustos.
Las Edades del Hombre: mucho más que una exposición
Este año la Catedral de Zamora se convierte en un lugar mágico con la nueva edición de Las Edades del Hombre, bajo el título “Esperanza”. No hablamos de una visita seria y silenciosa en la que los niños se aburren mirando cuadros y esculturas. ¡Al contrario! La exposición ha preparado propuestas para que toda la familia disfrute.

Por un lado, la experiencia inmersiva de realidad virtual hará que todos os sintáis exploradores del pasado. Con las gafas puestas podréis recorrer rincones escondidos de la Catedral y ver detalles que, de otra forma, pasarían desapercibidos. Una aventura en 360º que fascina a todos.
Por otro, muy cerca de allí, la iglesia del Carmen se transforma en un espacio didáctico y familiar. Aquí los niños pueden aprender jugando: talleres, actividades interactivas y juegos que convierten el arte en algo cercano y divertido. Mientras ellos experimentan, los adultos también disfrutarán viendo cómo descubren la historia con curiosidad y sin aburrirse.
Visitar Las Edades del Hombre en Zamora es la excusa perfecta para acercar el arte y la cultura a los niños de una forma entretenida. Una visita cultural que se convierte en una experiencia para recordar en familia.
Aquí tenéis información práctica:
La organización de Las Edades del Hombre ya ha adelantado todos los detalles para que podáis planificar la visita en familia:
Horarios
- Martes a viernes: 10:00 – 14:00 y 16:00 – 19:00
- Sábados: 10:00 – 20:00
- Domingos y festivos: 10:00 – 19:00
- Lunes cerrado (salvo festivos)
Entradas
- Exposición: 9 € (reducida: 7,50 €)
- Experiencia de realidad virtual: 5 € (reducida: 3 €)
- Combinadas:
- Exposición + VR: 12 €
- Exposición + VR + guía de mano: 14 €
Un detalle importante: la entrada reducida está pensada para escolares, estudiantes, familias numerosas y mayores, así que conviene tener la documentación a mano.
Para más información acerca de “Esperanza”, visita: lasedades.es/esperanza/

Qué hacer en Zamora capital con niños
Zamora es una ciudad ideal para recorrer en familia: tranquila, cómoda y con el tamaño justo para que los peques no se cansen de caminar.
Todo está cerca, las calles tienen encanto y el río Duero acompaña como telón de fondo en muchos paseos.
Además, la ciudad no se queda solo en iglesias románicas o en la Catedral —que, por cierto, impresionan incluso a los más pequeños con sus formas redondeadas y sus torres de cuento—, sino que ofrece propuestas adaptadas para que los niños también disfruten.
Entre una visita cultural y otra, siempre hay un rincón donde parar a tomar un helado, correr un rato o dejarse sorprender por un museo pensado no solo para que paseemos entre sus tesoros, sino para que lo disfrutemos.
En definitiva, Zamora capital tiene ese equilibrio perfecto: arte e historia para los mayores, planes divertidos y didácticos para los pequeños y un ambiente relajado que hace que toda la familia disfrute sin prisas.

Paseos ornitológicos y las Aceñas de Olivares
A orillas del río Duero, las antiguas aceñas (molinos de agua medievales) se han convertido en un centro de interpretación donde descubrir cómo se aprovechaba la fuerza del río. Además, desde aquí parten rutas de observación de aves que acercan a los niños al mundo de la naturaleza sin salir de la ciudad. Un plan perfecto para quienes disfrutan con prismáticos y espíritu explorador.

Museo Etnográfico de Castilla y León
Mucho más que un museo tradicional, este espacio invita a conocer la vida cotidiana de nuestros antepasados: cómo vestían, qué comían, qué herramientas utilizaban y cómo celebraban sus fiestas. Con sus exposiciones interactivas, talleres y actividades educativas, resulta especialmente atractivo para los más pequeños, que encuentran en cada sala un modo divertido de aprender historia y tradiciones.
Zamora capital es, en definitiva, una ciudad a escala familiar: se recorre fácilmente a pie, cuenta con rincones llenos de encanto y ofrece actividades que mezclan juego, aprendizaje y contacto con la naturaleza.
Escapadas familiares por la provincia
La magia de Zamora está también en sus pueblos, parques naturales y rincones llenos de historia. Aquí tienes algunos imprescindibles para una escapada en familia:
Centro del Lobo de Robledo
En pleno corazón de la Sierra de la Culebra, este centro de interpretación permite observar lobos ibéricos en semilibertad desde miradores seguros. Los niños alucinan viendo a los lobos moverse en su hábitat, mientras los guías explican curiosidades sobre su comportamiento y la importancia de su conservación. Una experiencia que mezcla emoción y educación ambiental.

Lago de Sanabria en catamarán
Pasear en barco por el lago glaciar más grande de la península es toda una aventura. El catamarán eólico-solar es ecológico, silencioso y cuenta con suelo de cristal para observar el fondo del lago. Además, a bordo los guías cuentan leyendas sanabresas, como la de la ciudad sumergida, que cautiva especialmente a los más pequeños.
Museo de Gigantes y Cabezudos en Puebla de Sanabria
Aquí la tradición se vuelve mágica. El museo reúne una colección de figuras coloridas que protagonizan las fiestas populares. Los niños pueden acercarse a ellas, descubrir cómo se construyen y sentirse parte de las celebraciones. Una visita divertida que conecta con la cultura local de una forma amena.

Parque multiaventuras Sanabria
Tirolinas, puentes colgantes y circuitos en los árboles convierten este parque en el lugar ideal para liberar energía. Hay recorridos adaptados a diferentes edades, de modo que cada miembro de la familia puede atreverse con un reto a su medida. La seguridad es máxima y la diversión está asegurada.
Arribes del Duero en barco
El Duero se abre paso entre cañones de paredes verticales que impresionan desde el primer minuto. El paseo en barco permite observar este paisaje único, declarado Parque Natural, con la posibilidad de avistar aves rapaces como el águila real o los buitres leonados. Una aventura tranquila pero inolvidable para toda la familia.

Lagunas de Villafáfila
Este conjunto de humedales es uno de los refugios de aves más importantes de Europa. En los centros de interpretación encontrarás telescopios y prismáticos para observar avutardas, ánsares y otras especies migratorias. Los niños disfrutan como auténticos exploradores de la naturaleza mientras aprenden sobre ecosistemas únicos.
Petavonium en los Valles de Benavente
Viajar al pasado romano es posible en este yacimiento que conserva restos de un campamento militar. Los pequeños se sienten como arqueólogos mientras pasean entre ruinas que hablan de legiones, templos y calzadas. Una forma original de acercarse a la historia sin aburrirse.
Alfarería en Pereruela
Pereruela es famosa por sus cazuelas de barro, presentes en la cocina de toda España. En los talleres artesanales, los niños pueden ver cómo se modela y se cuece el barro, e incluso probar a trabajar con sus manos. Una experiencia creativa y muy cercana al mundo rural.

Museo del Queso en Toro
Aprender nunca fue tan delicioso. Este museo propone un recorrido por la tradición quesera de la zona con paneles, utensilios y, por supuesto, degustaciones. Padres e hijos disfrutan descubriendo cómo se elabora el queso y terminan la visita con una cata que convierte el aprendizaje en placer.

Una escapada que lo tiene todo
Viajar a Zamora en familia es abrir una ventana a muchos mundos distintos en un mismo lugar: el arte que cobra vida en la Catedral, la emoción de ver lobos de cerca, la calma de un paseo en barco o la sorpresa de descubrir un queso o una cazuela de barro con siglos de historia.
Aquí todo se combina para que tanto los mayores como los más pequeños encuentren su propio momento de disfrute. Y al final, lo que uno se lleva no son solo fotos, sino recuerdos compartidos: la risa de los niños en un taller, la mirada atenta frente a una pintura o ese instante de silencio en mitad de un paisaje que impresiona.
Zamora es, en definitiva, un destino pensado para vivirlo juntos.
