Son muchas las parejas que disfrutan de la temporada de esquí. Parejas que año tras año vuelven a coger sus equipos y a vivir con intensidad uno de los deportes de invierno más practicados del mundo. Asimismo, muchas de esas parejas, cuando tienen hijos, también quieren compartir su pasión con los peques. Si eres de los que está deseando esquiar con niños, te damos algunos consejos para que sea la mejor experiencia posible.
Controla la ropa de los peques
Parece una obviedad decir que los niños deben ir bien abrigados a la nieve. No obstante, hay que tener en cuenta que como padres debemos medir nosotros el nivel de abrigo. Sabiendo que los niños pierden calor más rápido que los adultos, no está de más buscar prendas que puedan regularles bien.
La ropa de esquí para niño debe ser capaz de aislar del frío, viento y también de la humedad. Asimismo, debe ser ropa que pueda retener el calor al mismo tiempo que les deja transpirar.
Será esencial escoger unos buenos guantes, pero también calcetines térmicos y un gorro que pueda cubrirles las orejas.
Clases de esquí
Es cierto que los primeros pasos en la nieve deberían darlos con nosotros. No obstante, una escuela de esquí siempre lo hará más sencillo. Es interesante contratar un par de horas al día un profesor de esquí para que enseñe a nuestros hijos. Más tiempo podría hacerse pesado para los niños.
Una vez terminadas estas clases, nosotros, como padres, somos los que debemos poner en práctica con ellos todo lo aprendido.
En cualquier estación de esquí encontraremos escuelas de esquí. No obstante, siempre es mejor reservar con antelación, sobre todo en épocas como Semana Santa.
El telesilla
Hay que tener en cuenta que el telesilla puede impresionar a los niños más pequeños. Intentad mostrarle esta zona con cuidado y calma. Lo ideal es pasar un rato viendo como ascienden otros esquiadores para que el pequeño pueda comprender cómo funciona. Hay que explicarle todo despacio, haciendo hincapié en que se puede pedir ayuda en cualquier momento.
Sólo se debe subir cuando el niño se sienta preparado. Una vez allí, hay que explicarle que tiene que estar sentado y apoyado en el respaldo durante todo el trayecto.
Tener paciencia
Una de las claves para tener una jornada de esquí en familia maravillosa es tener mucha paciencia. Hay que animar, no desalentar. Es importante que vean las caídas como algo natural dentro del proceso de aprendizaje.
Tampoco hay que forzar a los niños, sobre todo a los más pequeños, a seguir esquiando si no les apetece. Tened en cuenta que las primeras lecciones y los primeros días pueden resultar abrumadores. Quizá después de clase sea mejor relajarse un rato y retomar el esquí un poco más tarde.
Mirar bien el tiempo
Es cierto que el tiempo no es siempre 100% fiable, pero podemos tener una idea aproximada. Si para los adultos esto es importante, para los niños que están aprendiendo, aún más; y es que una buena experiencia en la nieve pasa por un día seguro y agradable. Si nos encontramos con una tormenta o menos nieve de lo normal, es posible que el pequeño no disfrute plenamente.
Priorizar la diversión
Sí, esquiar puede ser maravilloso y seguro que los peques terminan amando tanto este deporte como nosotros. No obstante, siguen siendo niño y los niños se cansan. Busquemos otras actividades que podemos hacer en la nieve todos juntos, desde lanzarnos con un trineo hasta hacer muñecos de nieve.