Si estás buscando el lugar perfecto para disfrutar de unas vacaciones inolvidables con grandes aventuras para los niños y niñas de la casa, en Gran Canaria encontrarás un mundo pensado para que ellos vivan grandes momentos mientras los mayores se relajan y se dejan acariciar por el suave sol de invierno que baña este sorprendente rincón del Atlántico.
Imágenes: Patronato de Turismo de Gran Canaria
La templada acogida de Gran Canaria les espera para envolverles en historia, cultura, tradición, ocio y gastronomía en todas las estaciones del año y en cada uno de sus pueblos y ciudades. Su espectacular biodiversidad se completa con un universo de parques temáticos, hoteles y restaurantes volcados en cuidar cada uno de los detalles para que los viajes familiares sean una experiencia única.
Un destino donde los sueños se hacen realidad en un entorno privilegiado, donde los planes son infinitos, como la propia Isla, por su poliédrica naturaleza insular que a veces se muestra como un bosque encantado y otras como un desierto de desnuda belleza. Solo tienes que dejar volar tu mirada y tu imaginación para llegar a un paraíso que tienes al alcance de tu mano.
En Gran Canaria encontrarás un destino seguro que ofrece las máximas garantías sanitarias y que ha incorporado todos los protocolos y medidas de protección e higiene para que tú y los tuyos vivan una experiencia vacacional que quedará fijada para siempre en el álbum de los buenos recuerdos familiares.
La Isla es uno de los destinos mejor preparados de Europa para recibir a los niños, sin duda ellos elegirían poder bañarse en cualquier estación del año en sus aguas cristalinas, jugar en la arena de sus más de 60 kilómetros de playas tan diversas como los paisajes cambiantes que esconde, remojarse en sus espectaculares charcos y piscinas naturales repletos de burgados, cangrejos ermitaños, singulares lapas, misteriosas estrellas de mar y peces de colores, quizá prefieran dejar volar una cometa en las espectaculares Dunas de Maspalomas, alquilar una piragua o una tabla de paddle surf, surcando juntos su cálido mar, lanzar pequeñas piedras desde la orilla o enseñarles cómo hacer que éstas salten sobre la superficie marina.
La costa de Gran Canaria está repleta de lugares que unen la tierra con el mar, donde el tiempo se detiene para que las familias se olviden de las horas en un escenario en el que poder disfrutar de aguas tranquilas y seguras en pleno Océano Atlántico, con todas las comodidades y con una amplia oferta de actividades náuticas para todos los gustos.
Aguas la mar de limpias
En una ruta por sus mágicas piscinas naturales no deben faltar las del norte de Gran Canaria, donde el viento y las olas han esculpido con mimo cada palmo de este edén volcánico dejando paisajes sorprendentes y caprichosos.
Empezamos por Los Charcones de Arucas, una de las mayores de la Isla y que cuenta con una bandera azul por la calidad de sus aguas y los servicios que ofrece. Muy cerca, en el municipio de Moya, detrás de sus coloridas casas, tenemos la piscina de El Altillo, muy familiar y normalmente visitada por los vecinos del barrio. Más popular y junto al pintoresco barrio del Roque, encontramos el Charco de San Lorenzo, de grandes dimensiones, será un “amor a primera vista”. Siguiendo hacia el oeste, en Santa María de Guía, podemos observar cómo las aguas abrazadas por la lava se funden en la piscina de Roque Prieto.
Las propuestas para sumergirte en el espectacular paisaje fruto de la erosión y de la huella geológica de la costa norte de Gran Canaria continúan en el vecino municipio de Gáldar, su morfología escarpada nos brinda varios abrigos rocosos intermareales, y a través de fáciles accesos llegamos a las piscinas de Emiliano, El Agujero y Dos Roques, situadas junto a la playa, serán el “patio de recreo” perfecto para los más pequeños. Viajando hacia el noroeste, concretamente en el municipio de Agaete, encontrarás Las Salinas, sorprendente por su localización, comodidad y unas vistas inigualables. Si sueñas con nadar con toda tu familia entre aguas cristalinas mientras el océano abraza tu cuerpo dejando a un lado el estrés, ven a Gran Canaria y has tus deseos realidad.
Gran Canaria esconde secretos en su interior más desconocido
El invierno en Gran Canaria es muy distinto porque el termómetro marca una temperatura superior a la de cualquier otro lugar de Europa por estas fechas, lo que hace posible organizar planes impensables en compañía del sol en cualquier otro lugar, como perderse por cualquiera de las rutas para dejarse impresionar por los imponentes barrancos de la comarca sureste de Gran Canaria, una de ellas podría ser la que conduce del casco de Santa Lucía de Tirajana a La Fortaleza, pasando por la presa del mismo nombre. Gracias a la enorme variedad de paisajes y microclimas de Gran Canaria, puedes elegir entre múltiples senderos, atravesando bosques de pinares centenarios o el único bosque de laurisilva de toda la Isla, los Tilos de Moya, en el entorno del Parque Rural de Doramas, un territorio natural con más de 100 especies endémicas.
Los parajes naturales invitan a adentrarse en su interior con espíritu explorador, disfrutando del aire libre a tu aire o participando en las múltiples actividades de turismo activo que se organizan en distintos puntos del territorio insular pensando en todos los miembros de la familia por profesionales especializados en combinar naturaleza y diversión.
Seguir el rastro de las estrellas
Otro de los grandes atractivos de Gran Canaria puede ser todo un descubrimiento para los más peques de la casa, la calidad de sus cielos para la observación astronómica ha sido reconocida por la Unesco como Destino Turístico Starlight. Un paseo por los extraordinarios miradores de Tejeda o Artenara para ver las estrellas desde la cumbre grancanaria grabarán en su memoria un recuerdo imborrable de su paso por la Isla. Ya situados en los municipios cumbreros no pueden perderse los turrones y dulces de almendra propios de la zona y acercarse a conocer el entorno del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, declarado Patrimonio Mundial por parte de la Unesco por sus valores arqueológicos, naturales y etnográficos.