Teruel es el lugar perfecto para aquellos que disfrutan del turismo de interior, de descubrir rincones con encanto, de saborear la esencia de los lugares que se visitan. Más allá de su medio ambiente bien conservado, su variada gastronomía y su amplio patrimonio, Teruel permite experimentar nuevas sensaciones que no dejarán de sorprendernos a cada paso que demos.
El encanto de lo auténtico es lo primero que va a cautivarnos cuando nos sumerjamos en la provincia de Teruel y sus bellas comarcas. Recorriendo sus paisajes, admirando en sus paisajes, aprenderemos a disfrutar de la sencillez de una zona aún por descubrir y lejos de la masificación turística de otras partes. Sin duda, es un destino perfecto para familias con hijos que tiene mucho por ofrecer.
Bajo Aragón
La comarca del Bajo Aragón se caracteriza por las manifestaciones culturales y tradicionales que siguen vivas gracias a los habitantes de la zona. Alcañiz, sin duda, es la localidad que concentra la mayoría de estas representaciones de la historia y cultura de la zona.
Uno de los lugares que más van a sorprender a nuestros hijos es, sin duda, el castillo calatravo del siglo XII. No sólo van a pasárselo genial recorriendo las distintas estancias de este monumento sino también cuando descubran los misteriosos pasadizos secretos que comunicaban el castillo con otras zonas de la ciudad.
Tampoco debemos perdernos la ocasión de disfrutar de la Semana Santa en el Bajo Aragón y sus procesiones. La tradición rezuma en el Bajo Aragón donde podemos conocer la Ruta del Tambor y el Bombo, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde marzo de 2014, y en la que participan nueve pueblos: Albalate, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Hijar, La Puebla, Samper y Urrea.
En cada pueblo miles de cofrades (niños, jóvenes y adultos) empiezan a tocar el tambor y el bombo a una hora determinada, siempre entre el Jueves Santo y el Viernes Santo. Este «arranque» se conoce como la Rompida de la Hora y es uno de los momentos más memorables y reconocibles de la Semana Santa.
Otra actividad cultural y al aire libre que podemos disfrutar en esta zona de Teruel son sin duda cualquiera de las seis rutas íberas, cuatro de las cuales pasan por Alcañiz, de forma que podemos hacer de esta localidad nuestro “centro de operaciones”. Estas rutas nos llevarán por diferentes localizaciones y yacimientos arqueológicos que nos permitirán conocer el pasado prerromano del Bajo Aragón de una forma amena y práctica.
Si además, sois amantes del motor, Motorland es una visita obligatoria. Se trata de un enorme complejo dedicado a la industria del motor donde, además, podremos disfrutar de un circuito de karting si es que nos encantan las emociones fuertes o simplemente queremos probar una experiencia nueva.
Abandonamos Alcañiz para llegar a Calanda, localidad en la que también las familias con hijos podemos encontrar atractivos. Allí llevaremos a los niños a visitar el castillo y otros monumentos medievales que dotan de un peculiar encanto a este sitio.
Además, en Calanda se encuentra el Centro Buñuel. Se trata de un espacio de divulgación, estudio y conservación del legado del genial director de cine bajoaragonés. Desde su inauguración en el año 2000, el CBC es un referente tanto para los estudiosos de la figura y creación artística de Buñuel, como para aquellos que quieran acercarse, por primera vez, a su obra.
Un consejo: si visitáis Calanda, además de disfrutar de su entorno paisajístico y de su historia y cultura vivas, no podéis dejar de haceros con una botella de aceite de oliva virgen extra con Denominación de Origen del Bajo Aragón y con sus famosos melocotones cuyo sabor, dulzura y tamaño los han hecho merecedores también de la Denominación de Origen, reconocible por la etiqueta negra que decora estos frutos.
Sierra de Albarracín
El centro de esta comarca se encuentra en la localidad de Albarracín, una ciudad medieval con un gran patrimonio histórico y cultural: la Catedral, el Palacio Episcopal, mansiones señoriales y una arquitectura popular muy peculiar y reconocible. Cada rincón de esta localidad, cada detalle de sus casas de madera y yeso, desde las cortinas hasta los llamadores de las puertas, nos harán caer en el encanto de su sabor tan auténtico.
La peculiaridad de Albarracín es la forma en la que sus casas y edificios se adaptan al terreno, formando callejuelas estrechas, escaleras, cuestas y formas imposibles en las que unas casas parecen apoyarse en otras. Sin duda hay mucho que disfrutar y descubrir en Albarracín pero si hay un lugar que encantará a nuestros hijos es el Museo del Juguete, donde podrán ver juguetes de la primera mitad del siglo XX.
Además, en Albarracín también podremos visitar Mar Nummus, una de las sedes de Territorio Dinópolis en la que veremos fósiles de los seres que habitaron hace 150 millones de años en el Mar de Tethys, precursor del actual Mediterráneo, como por ejemplo, la impresionante réplica a tamaño real de un Liopleurodon, un gigantesco reptil y el mayor depredador conocido o una especie de ammonites única en el mundo, encontrada exclusivamente en Albarracín y denominada por ello Albarracinites albarracinensis.
Cerca de la localidad Torres de Albarracín encontramos el Parque Albarracín Aventura, el lugar ideal para las familias más atrevidas: circuitos de tirolinas (incluyendo una tirolina gigante de 130 metros), circuitos de obstáculos y tiro con arco, además de cruzar ríos con cocodrilos, atravesar la selva en lianas o rescatar a una princesa secuestrada por un dragón. ¡Nuestra imaginación será el límite!
Para respirar aire puro, disfrutar de los increíbles paisajes de la zona y pasar un buen rato en familia, nada como alguna de las rutas de senderismo disponibles en la localidad de Calomarde. El mayor atractivo es ir hasta la Cascada del Molino Viejo en el río Fuente del Berro pero también podemos hacer rutas por el Parque Natural de los Pinares del Rodeno, ir al nacimiento del río Tajo o al Puerto de El Cubillo.
El Maestrazgo
La comarca del Maestrazgo tiene tanto que ofrecer que lo mejor es, sin duda, recorrer con calma las calles y plazas de sus pueblos, conversar con sus habitantes, relajarnos y dejarnos llevar por el encanto de la zona. Para conocer en profundidad su historia y su cultura, podemos visitar alguno de sus museos y centros de interpretación.
Uno de ellos es el Museo de Molinos, un lugar en el que además de conocer todo lo relativo a la localidad del mismo nombre podremos ver las impresionantes Grutas de Cristal, unas cuevas en las que se hallaron los restos del homínido más antiguo de Aragón con 25.000 años de antigüedad. Los niños, fascinados, aprenderán cómo se forman las cuevas y cómo se mide el tiempo estudiando su formación además de tratar de descubrir las figuras que forman las estalactitas y estalagmitas que las decoran.
En Mirambel, se encuentra el Centro del Patrimonio Arquitectónico del Maestrazgo, dedicado a la peculiar arquitectura de la comarca del Maestrazgo caracterizada por la mezcla de la identidad propia con la cercanía a la zona castellonense. Además, en esta localidad podremos visitar su castillo del siglo XIII, los palacios renacentistas y algunas de sus ermitas e iglesias.
Si visitamos la zona en primavera o verano, es recomendable realizar alguna de las rutas circulares que se ofrecen. Estas rutas de senderismo se caracterizan por ser de corto recorrido, atravesando zonas representativas del patrimonio rural que se unen a barrancos naturales que hacen la función de miradores y senderos de piedra que nos guiarán por el camino.
Una de las rutas más recomendadas para hacer en familia es la de Cantavieja, ya que desemboca en “El Rebollar”, una zona recreativa en la que también hay un merendero en el que reponer fuerzas. Por el camino, veremos la ermita de Loreto y formaciones naturales como muros y paredes de piedra seca, sendas empedradas, fuentes y bosques de pinos singulares.
Si los niños son amantes de los dinosaurios, es imprescindible visitar Bosque Pétreo, una de las sedes de Territorio Dinópolis en Castellote. Allí conocerán a los mamíferos y a los dinosaurios que convivieron hace 125 millones de años y también verán un bosque carbonífero y fósiles, además de estupendos audiovisuales con varias explicaciones.
Para los amantes de la Historia y las leyendas, nada como visitar el Torreón Templario de Castellote, el Centro de Interpretación de la Naturaleza y la Cabra Montés o la Casa Aliaga de La Iglesuela del Cid, de época renacentista y que se puede visitar tal como la dejó la última propietaria, perfecta para trasladarse por un rato a épocas pasadas.
Cuencas mineras
El nombre de esta comarca no viene dado por la casualidad sino por el abundante Patrimonio Minero de la zona que, por supuesto, recomendamos visitar para ofrecer a nuestros hijos un turismo diferente pero que despertará su curiosidad. Además, también podemos visitar alguno de sus parques naturales, las pinturas rupestres levantinas, los restos paleontológicos y sobretodo, disfrutar de la riqueza paisajística que nos rodea en todo momento.
Uno de los lugares que recomendamos es el Museo Minero de Escucha, una mina que conserva aún su castillete y que tuvo su máximo esplendor a mediados de los años 80. Podremos recorrerla, descubrir ámbar aún incrustado en sus paredes y ver el descenso hasta el pozo, siempre con las máximas medidas de seguridad. ¡Nos sentiremos como auténticos mineros!
Las zonas exteriores del museo minero se complementan con mini senderos, zonas de minigolf, una mesa de ping pong, parques infantiles y zonas verdes para hacer un picnic, además de un restaurante y una tienda de souvenirs. Sin duda, es una gran opción para el turismo familiar ya que hay muchas opciones para divertirse y pasar un día estupendo con nuestros hijos.
En la localidad de Utrillas descubriremos la locomotora Hulla que unió esta localidad con Zaragoza durante muchos años para trasladar el carbón. Hoy día, podemos viajar a bordo del tranvía de pasajeros unido a la antigua locomotora para recorrer los antiguos enclaves mineros de la zona: el Nuevo Museo Minero, la antigua Casa de Dirección de Minas y Ferrocarriles, el Pozo de Santa Bárbara y otros lugares igual de interesantes.
Andorra-Sierra de Arcos
El Parque Minero Mwinas es una visita obligatoria para conocer la historia minera de la región. Allí se recupera la memoria histórica minera mediante un uso innovador de los antiguos espacios dedicados a la minería.
Este parque se divide en dos zonas: una de ellas es el Pozo de San Juan donde destaca el castillete de extracción minera, emblema físico y sentimental. Se trata de una alta y esbelta estructura de hierro desde la que podremos maravillarnos de la espectacular vista de toda la villa minera y de la Val de Ariño.
La segunda zona es el Espacio de Interpretación “Restauración Ecológica de Zonas Mineras”, una zona de minas a cielo abierto provistas de estratégicos miradores y paneles que nos ayudarán a comprender el proceso minero. Aprendemos además geología, biología, botánica, geografía y más disciplinas que rodean a la producción minera y su explotación.
En Oliete podemos ver la espectacular Sima de San Pedro, un asombroso pozo kárstico cuya boca tiene 100 metros de diámetro. Tiene 108 metros de profundidad y al fondo hay un lago que se ve desde la obertura. Esta hendidura en la tierra está considerada única en Europa.
Además de la emocionante experiencia de asomarse por la sima, comprobaremos que dentro existe todo un ecosistema. Hay más de 25 vertebrados entre anfibios, aves, mamíferos y reptiles, incluyendo hasta 8 especies diferentes de murciélagos. Si nos llevamos unos prismáticos, podremos ver a distintas aves entrando y saliendo de los agujeros en las paredes donde han construido sus nidos.
A nuestros hijos les encantará conocer al Marciano MJ5.8, un entrañable personaje que nos guiará a través de seis rutas a modo de gymkana por la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. A través de sus viajes y experiencias en la Tierra desde hace millones de años, se encargará de enseñar a nuestros niños todo acerca de los dinosaurios, la geología, la historia, las tradiciones y demás cuestiones de interés de la comarca.
Por último, otra actividad recomendada en la región es visitar el centro Valcaria, en Ariño, una de las sedes de Territorio Dinópolis. Conoceremos la flora y fauna de hace 111 millones de años gracias a las reproducciones paleobiológicas, maquetas, imágenes y paneles que nos llevarán por un viaje asombroso hacia el pasado.
Asimismo aquí nos encontraremos con las minas y el carbón, ya que en éste último se han encontrado fósiles que han permitido descubrir nuevas especies de dinosaurios como Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis. En este centro también se muestra el desarrollo de los trabajos paleontológicos llevados a cabo en el yacimiento de la mina ‘Santa María’ de dicha localidad, gracias a un audiovisual titulado ‘La Mina de los dinosaurios’, realizado por el prestigioso documentalista Javier Trueba y galardonado recientemente con el primer premio al mejor corto científico en el certamen ‘Ciencia en Acción’ 2015.
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