La ciudad valenciana despliega durante los meses de julio y octubre un calendario de fiestas que fusiona tradición, artesanía y espectáculos únicos en España.
Con el inicio del verano, Manises se transforma en un escenario vivo de historia, música y color. La ciudad da la bienvenida a sus fiestas más emblemáticas con la tradicional celebración de Moros y Cristianos, una de las manifestaciones culturales más arraigadas en la Comunitat Valenciana.

Esta fiesta, que rememora los enfrentamientos entre musulmanes y cristianos durante la Reconquista, tiene lugar los días 4 y 6 de julio.
Durante esas jornadas, alrededor de 2.500 personas participan en desfiles espectaculares que llenan las calles de pólvora, trajes vistosos y música festiva. Las comparsas recrean escenas de lucha y victorias que, lejos de evocar el conflicto, se convierten en una explosión de alegría colectiva.
Es una experiencia envolvente para locales y visitantes que deseen empaparse de la esencia festiva y guerrera de la tradición valenciana.
El alma de la ciudad: la Festa i Cavalcada de la Ceràmica

Pocos eventos resumen mejor la identidad de Manises que la Festa i Cavalcada de la Ceràmica, celebraciones que han sido reconocidas como Fiestas de Interés Turístico de la Comunitat Valenciana. Estos actos, que tienen lugar los días 12, 13 y 18 de julio, son un homenaje vivo al legado ceramista que ha convertido a Manises en un referente mundial en artesanía.
Durante la Festa de la Ceràmica, artesanos locales muestran sus técnicas y habilidades en vivo: rakú, mimbre cerámico, joyería artesanal, pintura, socarrats, alfarería y más. Es una oportunidad única para ver cómo la tradición se convierte en arte frente a los ojos del público. Además, la designación de Manises como Ciudad Creativa de la UNESCO en la categoría de Artesanía y Artes Populares, desde 2021, ha abierto la puerta a que otros municipios también participen, enriqueciendo así el intercambio cultural.

La fiesta no se limita a la demostración de técnicas. Se organizan exposiciones, concursos y actividades paralelas que convierten estas jornadas en una auténtica inmersión en el mundo de la cerámica. La atmósfera es vibrante, llena de creatividad, historia y orgullo local.
La cabalgata: cerámica que vuela por los aires
Si hay un acto que define la originalidad de las fiestas maniseras, ese es la Cavalcada de la Ceràmica. Celebrada el 18 de julio, este desfile único en el mundo convierte las calles de Manises en un espectáculo sin igual. La Clavaría de Santas Justa y Rufina, patronas de los ceramistas y de la ciudad, encabeza un recorrido en carrozas desde las que se lanzan al público piezas de cerámica artesanal.

No hablamos de pequeños recuerdos simbólicos. Se entregan jarrones, morteros, cuencos, macetas, bandejas… todas piezas elaboradas por talleres locales y empresas de la ciudad. Algunas de estas piezas, como la escuraeta, una vajilla en miniatura, se han convertido en verdaderos objetos de colección.

Más que una cabalgata, es un acto de generosidad y cultura. Representa el esfuerzo por mantener vivas las tradiciones locales, reconociendo el trabajo artesanal como parte vital de la identidad manisera. Es un espectáculo que combina emoción, arte y participación popular en un formato que no tiene equivalente en el mundo. Este año la Cabalgata tiene un carácter especial al celebrarse el centenario de las Santas Justa y Rufina como patronas de Manises
De vuelta al pasado: el Mercado Medieval
Una vez finalizado el verano, las celebraciones no se detienen. Del 17 al 19 de octubre, el centro histórico de Manises se convierte en una cápsula del tiempo con su Mercado Medieval. Durante tres días, las calles del casco antiguo se llenan de banderines, tabernas, personajes de época y una programación variada que convierte la ciudad en un parque temático histórico.

El mercado ofrece una experiencia para todas las edades. Exposiciones, zoco árabe, talleres infantiles, juegos de circo, espectáculos de fuego y música en directo se reparten por distintas zonas del centro. Hay espacio para el ocio, pero también para el aprendizaje y la contemplación. La ambientación y la calidad de las actividades hacen de este evento una excusa perfecta para visitar Manises en otoño.
Una ciudad que celebra su identidad
Manises no se limita a organizar fiestas: las vive como una declaración de intenciones. Cada evento está impregnado de elementos que refuerzan su identidad como ciudad de tradiciones vivas. Ya sea a través del barro y el torno, de la recreación histórica o de los desfiles multitudinarios, cada celebración busca transmitir tradición e innovación, orgullo, cultura y comunidad.
En un contexto donde muchas festividades tienden a homogeneizarse, Manises apuesta por lo propio. Su agenda festiva no es un simple calendario de actos: es un recorrido emocional por la historia, el arte y la pertenencia.
Las fiestas de verano y el Mercado Medieval no solo son experiencias estéticas y sensoriales, también son herramientas para mantener vivo un legado que sigue dando forma al presente. En Manises, celebrar es sinónimo de recordar quiénes somos, de compartir con los demás y de proyectar hacia el futuro una cultura con siglos de historia.