Las empresas familiares siempre tienen un gusto especial y, sin duda, es lo que ocurre con Raymond Weil, una casa relojera de origen suizo en el que lleva trabajando una familia desde hace casi cincuenta años. Hoy día, está dirigida por Elie Bernheim, nieto del fundador que dio nombre a la empresa el año de su fundación, 1976, y que quiso vender relojes de lujo a un precio accesible.
Desde esos inicios la inspiración de estos relojes se ha basado en el arte y la música y ha permanecido inalterable durante décadas: es la esencia de propio Raymond Weil latiendo en cada uno de sus relojes de una forma única y especial.
Este nivel de creatividad es el que ha favorecido sus colaboraciones con artistas internacionales de renombre, discográficas de alto nivel, salas de conciertos, fundaciones artísticas, ceremonias de premios…
En sus relojes encontramos la plasmación material de la garantía «Swiss made»: precisión, fiabilidad, calidad,
nobleza, alta tecnología… y, detrás de todo, la calidez de una familia que sigue esta tradición relojera.
Pero Raymond Weil ha sabido combinar esta tradición con los tiempos actuales usando nuevas tácticas en cuanto a la comunicación y los canales de venta para llegar a un público concreto. En cada época del año se lanzan nuevos modelos que se adaptan a los clientes finales y a lo que esperan de la marca.
Además, han incorporado un showroom digital que permite ver en detalle los distintos relojes del catálogo gracias a una avanzada tecnología 3D, una innovación que, sin duda, facilita el proceso de compra a los clientes.
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