En un hotel cerca de estos dos lagos fue donde establecimos nuestra “base de operaciones” para visitar Eslovenia. Es un país tan bien comunicado y no excesivamente grande, que se puede visitar alojándose en un solo sitio. Aunque la opción más recurrente es hacerlo en su capital, que está en medio, nosotros preferimos alojarnos en un entorno natural muy bonito.
Son dos lagos que están al sur de los Alpes, siendo el mayor el de Bohinj, aunque el más turístico es el Lago Bled, con su localidad llamada de la misma forma. Están en una región llamada Alpes Julianos.
Entre los dos emplazamientos, no hay más de unos veinte minutos en coche, y hay buenas comunicaciones públicas.
Mientras que el Lago Bled es más turístico en el sentido convencional del término, el de Bohinj es más “rústico”. Personalmente, nos gustó más el tiempo que dedicamos a Bohinj que a Bled. Quizás el motivo fue que en Bled había más turistas. De todas maneras, Bled es muy bonito.
No hay que perderse, si viajamos en verano, un tren de época que discurre entre ambos lugares, pasando por otros sitios de verdadera belleza. Desgraciadamente, la moda del grafiti vandálico también ha llegado a Eslovenia. No tengo nada en contra del arte urbano, pero pintarrajear un tren del siglo XIX con logotipos y tags pobremente elaborados es un crimen.
Gastronomía
Al ser una zona rural y elevada, donde se supone que se trabaja mucho físicamente y hace frío muy frecuentemente, la comida es la esperada. Contundente y abundante. Con gran cantidad de elementos con altos aportes calóricos, y a menudo, acompañada de bebidas alcohólicas.
Curiosamente, el plato más famoso es una especie de milhojas de nata y/o crema y/o merengue. Cuando lo que cabía esperar es un plato de caza con salsa muy espesa. Los diferentes restaurantes de Bled juran y perjuran que el suyo es el mejor y más auténtico. El único que sigue la receta original. Es como la discusión acerca de si la porra es de Antequera o de Archidona. Imposible llegar a un acuerdo.
Son muy frecuentes los platos con setas o champiñones. Aunque no seamos amantes de este tipo de comida, debemos probarla.
Bicicleta, senderismo y piragüismo
Sin lugar a dudas, la mejor forma de conocer la zona y disfrutarla es en bicicleta y a pie. Es una verdadera gozada el ver caminos señalizados, rutas bien descritas, etc. tanto para senderismo como para bicicleta.
En casi todos los hoteles hay alquiler de bicicletas, y si creemos que son caras, hay multitud de tiendas de alquiler de bicis que pueden satisfacer nuestras necesidades. No debemos conformarnos con la primera montura que nos den; si no hubiera para niños, debemos decir que nos iremos a otra tienda toda la semana, y milagrosamente, aparecerá una del tamaño apropiado.
Aunque no es exactamente recomendable ir por carretera con las bicis, nosotros lo hicimos y quedamos gratamente sorprendidos por el respeto que los conductores eslovenos tienen a los ciclistas.
Otra de las experiencias que más nos gustó del viaje fueron las piraguas. Evidentemente, ni se nos ocurrió hacer aguas bravas, porque lo que para un esloveno es “pequeña corriente con un bajo desnivel”, para el resto de los mortales es una cascada que desciende a los infiernos. Por cierto, esto también es válido para los desniveles en las rutas en bicicleta.
Descartadas las aguas bravas, los dos lagos son una gozada para practicar deportes náuticos con toda tranquilidad. Puede que no sea muy ortodoxo, pero después de un par de horas remando con tus hijos, parar en la orilla y merendar viendo ponerse el sol en las montañas es una experiencia inolvidable.
Visitas monumentales y culturales
Aunque no sea el leif motiv principal de una visita a estos parajes de los Alpes Julianos, si un día queremos descansar de la multitud de actividades físicas que normalmente se hacen allí, hay suficientes atractivos monumentales para unas cuantas visitas.
El Castillo del Lago Bled, el que está justo en medio del lago, es una visita obligada. La forma de llegar es mediante unas barcas con un remero tradicional. No reman “normal”, sino agitando el remo en la popa como si fuera la aleta de un pez.
En el castillo podremos ver una ermita y un museo interesante. Es costumbre hacer sonar la campana y pedir un deseo al mismo tiempo. Para hacerla sonar hay que tirar con cierta fuerza de la cuerda.
A lo largo de toda la región se alzan pequeñas iglesias. Como es obvio, no encontraremos grandes catedrales, pero son pequeñas joyitas que merecen la pena ser visitadas. También podremos encontrar pequeños museos.
Una cosa que nos llamó la atención fue el que en algunos pueblecitos, al lado de las iglesias, o mejor dicho rodeándola, está el cementerio del pueblo. Siempre se ven flores y el grado de cuidado es muy alto.
Clima
El clima difiere mucho según la estación en la que nos encontremos. En verano el baño es muy agradable, y en invierno hay años en los que se puede patinar sobre hielo. Aún así, en verano no está de más llevarse unos chubasqueros.
Arriesgado
Nada hay que le guste más a un esloveno que subirse a algo que esté alto e incluso sea ligeramente peligroso. Ver a niños de siete u ocho años subidos en una pared rocosa absolutamente vertical, fue un auténtico shock.
Tradición poco aconsejable
Bajo ningún concepto intentemos hacer la tradición eslovena en el castillo que hay en medio del Lago Bled con las novias y esposas. Según la tradición, es una forma de manifestar nuestro amor y compromiso. En realidad consiste en coger a tu mujer en brazos y subir el equivalente a 8 pisos en una escalinata estrecha y resbaladiza, sin ningún tipo de asidero, y con el único horizonte debajo de un embarcadero y el agua fría. Será todo lo romántico que se quiera, pero mi recomendación personal es alegar cualquier tipo de lesión en la espalda.
Multas
Si hemos alquilado un coche, cuidadito con las multas de estacionamiento. En los sitios más insospechados, aun en pleno campo, encontraremos señales y/o parquímetros de “zona azul”. Puede parecer increíble, pero encontré una señal de parquímetro en medio de un bosque.
Bastones para senderismo
Aunque hay rutas para todos los gustos y dificultades, sería conveniente si vamos a hacer senderismo, el uso de bastones para andar. En algunas rutas fáciles en teoría, encontramos algunas zonas en las que el bastón resultaba de gran ayuda. Yo por lo menos, los agradecí mucho en el cruce del cauce de un río que bajaba con cierta fuerza.
Hola. ¿Me podrías recomendar el hotel en el que estuvisteis?
Pensamos ir en verano con unos amigos y tu reseña coincide con impresiones
que tenia de otras personas.
Gracias