Hay restaurantes que uno visita para comer y otros que se convierten en parte del viaje. Soy Kitchen, en el corazón de Chamberí, pertenece a esa categoría especial que combina identidad, riesgo y sabor. Es el lugar perfecto para el viajero que quiere llevarse de Madrid un recuerdo gastronómico distinto al habitual, un recuerdo que hable de fusión inteligente y de una cocina que respira personalidad.

Una carta extensa que invita a perderse
Si algo define a Soy Kitchen es su carta amplia y sorprendentemente coherente, un catálogo de platos que no pretende abarrotar al comensal sino abrirle puertas. Aquí conviven recetas inspiradas en diferentes regiones de Asia con reinterpretaciones modernas que utilizan ingredientes locales sin perder autenticidad. La amplitud de la carta no es un artificio: es el reflejo de una cocina que domina múltiples técnicas y que entiende que la diversidad también es cultura.
La experiencia es casi la de recorrer un mapa culinario. Puedes empezar con dim sum delicadísimos, continuar con platos salteados al wok llenos de aroma, probar pescados de textura impecable o dejarte sorprender por guisos y fondos que demuestran horas de trabajo. La carta permite que cada visita sea distinta, algo que los viajeros agradecen, porque convierte el restaurante en un lugar al que siempre merece volver.

El menú degustación: un viaje dentro del viaje
Para quienes prefieren dejarse guiar, Soy Kitchen ofrece un menú degustación que funciona como una travesía gastronómica completa. No se trata de una simple selección de platos, sino de una narrativa culinaria pensada con intención: empieza con bocados ligeros y afilados, avanza hacia elaboraciones más profundas y termina en notas dulces que cierran el recorrido con elegancia.
El menú degustación es la forma más pura de entender la propuesta del chef: su mirada asiática, su técnica depurada, sus referencias culturales y su gusto por la sorpresa. Cada pase llega equilibrado, sin tiempos muertos, sin saturación. Es la opción ideal tanto para viajeros curiosos como para quienes desean vivir Madrid a través de una experiencia gastronómica cuidada.

El sumiller: un guía imprescindible
Uno de los grandes secretos del restaurante —y una razón más para recomendarlo en una guía de viajes— es su sumiller, cuya labor marca una diferencia notable. Aporta una cercanía que se agradece y un conocimiento profundo que transforma la cena en algo más completo. No se limita a proponer vinos por inercia: escucha, interpreta el gusto del comensal y construye maridajes a medida.
Su selección va desde vinos españoles poco frecuentes hasta etiquetas internacionales difíciles de encontrar. Lo interesante es cómo entiende el ritmo culinario del menú: sabe cuándo aportar frescura, cuándo sostener un plato potente y cuándo dejar que el vino actúe casi como un puente entre sabores. El resultado es un maridaje que realza cada bocado sin eclipsarlo.

Una experiencia que justifica el viaje
Soy Kitchen no busca deslumbrar con artificios. Su fuerza está en la coherencia: una carta amplia y sólida, un menú degustación que funciona como un viaje dentro del viaje y un sumiller que convierte la velada en una experiencia redonda. Es uno de esos restaurantes que no solo alimentan: cuentan una historia.
Para el viajero que quiere descubrir la faceta internacional de Madrid, este lugar es una parada imprescindible. Aquí no se viene solo a comer; se viene a entender cómo conviven las culturas a través del paladar y cómo la ciudad se reinventa en cada plato.
Localización
https://maps.app.goo.gl/hKPU9V1SQtTWyFj49
Calle de Zurbano, 59, Chamberí, 28010 Madrid
913192551
