Anclado en la península del mismo nombre al sureste de México, se encuentra el estado de Yucatán, un destino que es abanico de arqueología, maravillas culinarias ancestrales, además experiencias únicas en medio de una naturaleza que te dejará sin aliento.
Aventura y sabor de altos vuelos en la costa de Yucatán
La costa yucateca, al norte de la península está llena de sabores y comodidades para los más exigentes. No hay que perderse el club de playa Seahorse, o también conocido como Caballito de mar, a tres minutos del puerto de Telchac, donde después de un día de actividades en bici o kayak, nos entregamos a las hamacas y los masajes, para luego invitar al paladar un exquisito pescado frito, aguachile, ceviche o las tostadas de pulpo. Ya entrados en la aventura, hay que tomar el Safari Tour de Las Coloradas se pueden visitar las estupendas lagunas rosas y la salinera más grande del país, montados en un vehículo todo terreno. Un entorno casi mágico de cristales de sal donde tomarás las mejores fotografías del viaje.
Tradición, lujo y naturaleza
Si lo tuyo es el lujo y la comodidad, el estado ofrece muchos hoteles nuevos, listos para ofrecerte una estadía inolvidable. En Mérida, la capital de estado, se encuentra el Hotel Sureño Yucatán ubicado en el centro, a tan sólo dos calles de Paseo Montejo, la avenida más emblemática y bonita de la ciudad. Cada una de sus habitaciones cuenta con su propia decoración y cuenta con una piscina en el área de rooftop donde la vista es inmejorable.
A 5 minutos de la ciudad histórica de Valladolid, entre Cancún y Mérida, se encuentra Oriundo, hotel insignia de lujo, inspirado en la grandeza de la civilización maya y su legado en la cultura actual. Tiene 12 exclusivas villas que se levantan imponentes entre la vegetación, al grado que algunos árboles están dentro de los íntimos espacios y el sol se pone con el canto de la gran bandada de pájaros que habitan aquí.
Aldeas mayas
Yucatán cuenta con numerosas Aldeas Mayas que conservan sus raíces, creencias y tradiciones, y los viajeros han tenido la oportunidad de aprender todas estas costumbres a la hora de visitarlos. Una de estas aldeas se ha dedicado a compartir este estilo de vida en Yaxunah, una pequeña población del Municipio de Yaxcabá, también en Yucatán, que conserva sus costumbres, creencias, lengua maya, vestimenta y casas tradicionales construidas con maderas y huanos. En esta y en otras aldeas como la de Ek Balam, contarás con con paradero turístico, sitios arqueológicos y cenotes (como el de Lol-Há o el de cielo abierto de Ek Balam). Además de bañarte en sus cristalinas aguas y degustar la comida tradicional, también puedes participar en alguna de las actividades cotidianas como el urdido de hamaca, la elaboración de tortillas a mano y el bordado.
Pueblos Mágicos
En México se denomina Pueblo Mágico a lugares con gran riqueza cultural, lleno de tradiciones y gastronomía, pueblos que pueden dar a conocer un poco más de este hermoso país. En Yucatán hay cuatro de estos sitios. El que ha sido agregado más recientemente lleva por nombre Maní, con varios atractivos únicos y llenos de historia: primero tenemos el Convento de San Miguel Arcángel, fundado en 1549 y construido entre el siglo XVI y XVII, donde se encuentra una de las más grandes capillas abiertas en Latinoamérica. Las distintas rutas preparadas como la Ruta Xunáan o la Ruta de Meliponarios, nos acerca al mundo de las abejas sagradas mayas a través de visitas a estos sitios mágicos y de actividades que despertarán tus sentidos. Es un buen lugar para nadar en Cenote Xcabachén y luego visitar el Mercadito Artesanal.
Otro tranquilo Pueblo Mágico de playa es Sisal , hogar del Fuerte de Santiago y la Reserva Estatal “El Palmar”, donde encontrarás el faro más grande de las playas de Yucatán y podrás realizar recorridos por manglares y avistamiento de cocodrilos, así como una visita al muelle, rodeado de aguas turquesas brillantes de arena fina y clara.
No hay que dejar pasar el pueblo amarillo de Izamal, donde se yergue el Convento Franciscano San Antonio de Padua, una majestuosa edificación construida en 1549, con 75 arcos, considerado el atrio cerrado más grande de América y el segundo en el mundo, después de la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Muy cerca está la pirámide Kinich Kakmó, la tercera más grande de México, que regala a los visitantes una vista panorámica de la ciudad. Muy cerca está el restaurante Kinich, considerado uno de los mejores de México pues buscar preservar los sabores y técnicas ancestrales de los mayas, una experiencia gastronómica imperdible.
Otro colorido Pueblo Mágico es Valladolid, conocido por su tiendas boutique de textiles exquisitos, por sus joyas arquitectónicas de columnas de piedra labrada y balcones coloniales como el Palacio Municipal o el convento de San Bernandino de Siena, de dimensiones majestuosas.
Naturaleza que inspira
Una gran opción para relajarse es el colorido pueblo de San Felipe, con casitas de madera y calles tranquilas donde naturaleza y pobladores conviven en paz. Además de los paseos por los manglares cercanos, la pesca deportiva es uno de los principales atractivos de la zona.
A solo 12 km del Puerto de San Felipe está Río Lagartos, donde se pueden tomar tours de la mano de las agencias especialistas para el avistamiento de las más de 250 especies de aves que habitan el río, incluidas las numerosas parvadas de flamenco rosado. Son más de 80 km de naturaleza y agua viva que atraviesa tres de los municipios de la región: San Felipe, Río Lagartos y parte de Tizimín. En este último, no hay que perderse una visita al puerto El Cuyo donde se puede practicar kayak en una laguna azul turquesa. Enclavado en plena selva, El Cuyo es un pequeño paraíso con música del caribe, ceviches y pescados del día, rodeado de palmeras en un ambiente de relajación total.