En una visita a Palermo hay ciertos lugares que el turista no puede dejar de visitar. Este es el caso de la Catacumbas de los Capuchinos, bajo un monasterio de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos que comenzó como cementerio en el silgo XVI. Estas catacumbas ceremoniales se dejaron de utilizar a principios del siglo XX y contienen unas 8.000 momias divididas en secciones: niños, vírgenes, monjes, profesionales, hombres y mujeres.
Por su parte, la Catedral de Palermo comenzó siendo una mezquita bizantina pero en 1185 el arzobispo de Palermo levantó una planta basilical de tres ábsides. Este templo ha sufrido posteriores reformas a lo largo de su historia llegando a contener un pórtico de influencia aragonesa y una planta de cruz latina. De su interior destacan las capillas del Sacramento por su ornamentación con piedras preciosas y lapislázuli, y la de Santa Rosalía por contener una talla de la patrona de la ciudad.
También en Palermo encontramos el Palacio Normando, residencia oficial de los reyes de Sicilia que data del siglo IX. Este magnífico edificio, frente al de la Plaza de la Victoria, contiene en su planta baja la Capilla Palatina, encargada en 1132 por Rogelio II de Sicilia en honor a San Pedro. Esta espectacular edificación es de estilo árabe-normando-bizantino y tiene tres ábsides y seis arcos ojivales. Pero si por algo destaca es por su grandiosa decoración a base de mosaicos y obras de arte.
Otro de los palacios que destacan en la ciudad de Palermo es el Palazzo Pretorio o Palacio de las Águilas. Este edificio se encuentra en la Plaza Pretoria, frente a la fuente homónima, también conocida como La fuente de la vergüenza por la desnudez de sus estatuas. El Palazzo Pretorio es la ofician de representación de la Municipalidad de Palermo y en su interior acoge una gran cantidad de esculturas y pinturas de varias tendencias.
En cuanto a las iglesias y santuarios de la capital siciliana, merecen una visita San Cataldo, San Juan de la Ermita y la Iglesia de Santa María del Almirante o La Martorana.
Nadie se debería marchar de Palermo sin ver su Mercado de Vucciria. Se celebra en las callejuelas de los alrededores de la Plaza de San Domenico, en la parte más antigua de la ciudad, y en él se venden productos de alimentación básicamente pero el ambiente que se respira aquí es el puro siciliano.
Texto: Viajar El Periódico