Una puerta abierta al Mediterráneo. Así es Calafell, una ciudad que nos ofrece cinco kilómetros de arena fina y dorada, únicas en la Costa Daurada, y que son ya su seña de identidad. La riqueza de su patrimonio histórico, turismo activo y oferta gastronómica son otros de sus grandes atractivos. No podemos dejar de visitar Calafell en familia.
Arena fina y dorada
Se acerca el buen tiempo, y es momento de visitar lugares tan atractivos como Calafell, que nos ofrece la posibilidad de disfrutar de sus fabulosas playas de fina arena dorada, así como de sus aguas ricas en yodo. Las tres playas y el paseo marítimo de Calafell fueron de las primeras de Cataluña en recibir la certificación ISO 14.001, y la bandera azul está presente en nuestras playas desde 1992.
Ya hace tiempo, Calafell era conocida como “la playa del biberón”, por la calidad de la arena y del agua, por la tranquilidad del mar y por la suavidad de las pendientes cuando se entra en el mar. Son condiciones ideales para quienes viajamos con hijos, más aún si estos son pequeños, pues podremos quedarnos tranquilos por las condiciones de seguridad del mar.
Las playas, además, cuentan con todo tipo de equipamientos y facilidades para los visitantes: pasarelas de hormigón adaptadas, así como duchas accesibles desde las pasarelas; aparcamientos próximos a la playa, reservados para personas discapacitadas físicas; baños asistidos con silla anfibia por el personal de la Cruz Roja; socorristas en todas las playas; Duchas, etc.
Además de disfrutar de las playas bajo el sol o tomando un baño, podemos practicar diversas actividades acuáticas, como kayak, surf, paddle surf o catamarán, entre otras.
Calafell obtuvo el año 2006 la marca de Destinación de Turismo Familiar, actualmente sello de Playa en Familia, creada por la Agencia Catalana de Turismo, y que se otorga a destinaciones con una especial sensibilidad para el turismo familiar. Esta marca es un reconocimiento a Calafell como municipio turístico que ofrece recursos y servicios de calidad especializados en las familias. Esto lo convierte en un destino imprescindible para los que viajamos con nuestros hijos.
Empapados en cultura
En el plano cultural, Calafell nos permite viajar 2.500 años en el tiempo, gracias a su rico legado histórico. Nos sorprenderá poder realizar un emocionante viaje a la época de los íberos de la mano de la Ciudadela Ibérica, donde se combinan armoniosamente la investigación arqueológica y los aspectos lúdicos, pedagógicos y turísticos.
Encontraremos también los restos de dos de la antigua villa romana del Vilarenc y nos trasladaremos a vidas pasadas entre las murallas del Castillo Medieval de la Santa Creu, que cuenta con una de las más singulares panorámicas de Calafell.
Obligada es la visita a una de las ya casi inexistentes casas de pescadores: La Casa Barral. Tampoco podemos dejar pasar el edificio de la antigua cofradía de pescadores, el emblemático “Pes”, que se ha convertido en un centro de interpretación del Calafell pescador, y que explica una parte del pasado colectivo, de la historia más reciente del barrio marítimo.
Siempre activos
Calafell también puede conocerse a través de las múltiples actividades deportivas que permite. Salidas de nordic walking para niños, campo de golf, minigolf, clases de gimnasia en la playa, fútbol, baloncesto, patinaje, vela, surf o alquiler de catamaranes son algunas de las propuestas que podremos encontrar.
Y para los amantes de la naturaleza y el deporte, la Concejalía de Turismo de Calafell ha creado una guía de BTT y senderismo en tres idiomas, catalán, castellano e inglés, donde se proponen diferentes salidas para ofrecer a todo amante de la bicicleta y de la naturaleza un amplio conocimiento de lugares de la comarca, parajes que tenemos muy cerca, como rieras, bosques frondosos, espacios rurales, etc.
Oferta gastronómica
Después de tantas actividades, seguro que nos apetece disfrutar de la buena gastronomía que nos ofrece Calafell. Por su ubicación costera, podemos fácilmente deducir que los productos del mar serán la estrella de su cocina, y no nos equivocaremos. El buque insignia gastronómico es l’Arrossejat, un alimento de origen pesquero que hoy día ha alcanzado un alto grado de refinamiento. Si nos apetece otro tipo de cocina, también la encontraremos, porque el Calafell existe gran variedad de restaurantes, algunos con renombre internacional, con una amplia carta a nuestra disposición.
El xató, que se ha recuperado recientemente, es otro plato característico de esta zona. Se trata de una ensalada a base de escarola característica de la región del Penedés. En realidad, este plato no se había dejado de consumir en las casas, pero la entrada de Calafell en la Ruta del “Xató”, el año 2001, ha dado un renovado empuje a esta receta tradicional.