Montevideo, capital de Uruguay, tiene una historia que comienza a finales del siglo XVII y aún no ha acabado. Cosmopolita y abierta esta ciudad acoge entre sus muros lugares que consiguen crear en el visitante una sensación acogedora, como si estuvieras en casa.
De espíritu abierto, los montevideanos conservan en el barrio Villa Muñoz uno de los lugares más pintorescos de la ciudad. Y es que esta zona de la ciudad acoge un conjunto de casa y edificios residenciales creados por el doctor Emilio Reus (de ahí que también se le conozca como Barrio Reus) a finales del siglo XIX. Este barrio cuenta con numerosas tiendas de precios bajos tradicionalmente regentadas por judíos por lo que hay quien lo llama el barrio de los judíos.
Una de las calles más importantes de la ciudad es la Avenida del Libertador, originalmente llamada Avenida del Libertado General Lavalleja. Esta vía es una de las más céntricas y va desde la Plaza Ingeniero Juan Pablo Fabini hasta el Palacio Legislativo. Esta avenida recorre los barrios de Centro y La Aguada y llama la atención por la altura de sus edificios, que tiene que se similar en todos para no romper la perspectiva de la calle.
Pero la calle que articula la ciudad es, sin duda, la Avenida del 18 de Julio que nace en la Plaza de la Independencia y acaba en el Bulevar Artigas, en el barrio de Tres Cruces, donde se encuentra el Obelisco a los Constituyentes. Un paseo por esta avenida hace que te transportes al progreso vivido por la ciudad a principios del siglo XX gracias a sus llamativos rascacielos de estilo art decó. Un ejemplo claro es el Palacio Salvo, en la esquina de la avenida y la plaza de la Independencia, cuya presencia es un recordatorio de los años de prosperidad montevideana.
Y si de paseos hablamos, como imprescindible encontramos uno por la Rambla, que bordea la costa del Río de la Plata en Montevideo. A lo largo de sus 22 kilómetros atraviesa algunas de las playas más conocidas de la capital como Ramírez, Pocitos, Carrasco, Buceo o Malvín. Mientras, al otro lado, se puede disfrutar de la vista de los edificios de apartamentos de la burguesía montevideana.
La cultura siempre ha tenido un gran peso en la vida de los montevideanos y un ejemplo claro es el Teatro Solís, el más antiguo (inaugurado el 25 de agosto de 1856) e importante de la ciudad, recientemente remodelado. Por sus tablas han pasado miles de actores y de él se dice que es el teatro más importante de Sudamérica.
Texto: Revista Viajar