Playas cálidas y serenas, clima excelente, entorno seguro, actividades para todos. Esta podría ser la descripción del destino perfecto, y nuestra suerte es que hay un lugar que reúne estas y más ventajas. El Agarve es la prueba de que podemos pedir lo imposible, y lo mejor de todo es que está a nuestro alcance, tanto por cercanía como por facilidades de todo tipo.
En el sur de Portugal, El Algarve nos muestra una región que recibe todas las bendiciones. Ubicada en una latitud que revierte en un clima envidiable. Beneficiada por el bienestar y seguridad propios de un país europeo. Todo son ventajas. Porque estas condiciones, como podemos comprobar últimamente, no son sencillas de encontrar y hoy en día la estabilidad de un país es uno de los mayores valores que puede ofrecer.
Multitud de atractivos
La variedad de ofertas es otros de los aspectos que nos beneficiarán si elegimos este destino. Atendiendo a nuestros gustos o necesidades, podemos disfrutar de urbanizaciones turísticas, de hoteles y resorts de lujos, de campos de golf o también de pequeños pueblos de pescadores, de una naturaleza asombrosa y, por supueso, de magníficas playas.
La costa del Algarve, en efecto, es uno de los principales atractivos. Playas de arena fina y dorada, aguas transparentes y mucho sol. No es un elogio gratuito. Realmente, tienen esta calidad, como puede comprobar cualquiera que se asome a ellas. Hay playas pequeñas, grandes, tranquilas, bravas, con olas o con calma, para toda la familia. Algunas están desiertas y otras son muy frecuentadas.
Desde Odecdixe a Vila Real de Santo António, hay 200 kilómetros de acantilados, ensenadas, grutas y extensos arenales.
Podemos disfrutar de estas playas durante todo el año, y lo haremos no solo refrescándono en sus aguas o recibiendo una buena dosis de sol. También tendremos acceso a multitud de actividades que nos harán disfrutar mucho más de nuestra estancia. Es cierto que algunas de estas actividades son adecuadas para adultos, como el windsurf, vela, parapente y paseos en moto de agua. Pero hay muchas cosas que podemos hacer también con nuestros hijos.
Paseos al sol
Un actividad muy interesante, y que seguro que os sorprende a todos, es paseo en barco en las playas rocosas de Barlovento. En él, podremos apreciar las grutas que el mar fue esculpiendo en las rocas de color ocre.
Las playas de Sotavento son más calmadas y las rocas dejan paso a las extensiones de arena. Así que son adecuadas para un paseo tranquilo o simplemente para relajarnos al sol.
Ya que mencionamos el sol, debemos saber que su presencia es casi permanente. Tres mil horas de sol al año, y una variación de temperatura media entre 15 y 31º C, nos garantizan jornadas de gran calidad. A eso, tenemos que sumar la calidad de las aguas, garantizada por el elevado número de banderas azules, y los equimamientos que aseguran una estancia tranquila.
Naturaleza de contrastes
Los paisajes naturales del Algarve nos regalan una estampa rica en contrastes, donde encontramos extensas áreas de litoral, sierra y barrocal. El litoral, como acabamos de señalar, nos sorprende por las diferencias entre los escarpados peñascos a orillas del mar y los arenales tan extensos que no alcanza la vista. Hacia el interior, el azul queda reemplazado por el verde y los tonos anaranjados de los pomares del Barrocal. Estas tierras fértiles acogen los naranjos, algarrobos, las higueras, así como almendros que, a principios de cada año, cubre los campos con un manto de flores blancas.
Si nos acercamos al norte, podremos contemplar la sierra de Monchique y la sierra de Caldeirão, las mayor región, con sus magníficos alcornoques rodeados de flores y arbustos.
Los parques y reservas naturales del Algarve son lugares privilegiados para observar innumerables plantas y animales que se pueden conocer de cerca en relajantes caminatas. Envueltos por el verde vivo de la vegetación, estos hábitats protegidos acogen aves migratorias, flamencos, cigüeñas, garzas, exóticos calamones y otras especies poco comunes.
Excursiones
Estas caminatas y los safaris permiten descubrir la riqueza natural del paisaje. Por todo el Algarve, encontramos extensas áreas que protegen interesantes ejemplares de fauna y flora. Así que aquí tenemos una posibilidad de diversión en familia, y seguro que encontramos una excursión que se adapta a nuestras necesidades.
Si nos acercamos al Parque Natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina, encontraremos un valioso patrimonio geológico y arqueológico. Nos sorprenderá su paisaje de escarpas, caminos y acantilados, que por otro lado, reúne las condiciones medioambientales para la supervivencia de numerosas especies.
En el Sotavento algarvío, es famoso el Parque Natural de Ría Formosa, que se extiende a lo largo de 60 km de pantanos, islotes y canales, entre Ancão y Manta Rota, ofrece un magnífico paisaje salpicado por el color rosa de los flamencos y por los múltiples colores del calamón, del camaleón y del águila ratonera.
Visita rural
Si preferimos imbuirnos del espíritu rural, un paseo por el Barrocal o por las Sierras de Monchique y de Caldeirão se pueden encontrar innumerables aldeas y villas perdidas en el tiempo. Las calles de piedra gastada, los muros encalados, las chimeneas con filigranas, los patios y las famosas azoteas donde se secan los frutos, son testimonios de un Algarve de otros tiempos que hoy se da a conocer. Si nos acercamos a esta zona, no puedemos dejar de aprovechar para observar en persona las
virtuosas manos de los artesanos locales y probar los magníficos quesos, vinos, aguardientes y embutidos que dan sabor a la gastronomía algarvía.
Rico patrimonio
La cultura tiene también una fuerte presencia en el Algarve, y conocerla es también un placer para nuestros sentidos. Existe aquí un riquísimo patrimonio cultural e histórico legado por pueblos tan ilustres como los árabes o los romanos, visible en los monumentos, en las tradiciones, en la arquitectura y, claro está, en las costumbres.
El Algarve debe a los árabes el nombre con el que estos lo bautizaron. Al-Gharb significa «El Occidente» y este es sólo el testimonio más evidente de la rica herencia cultural que el pueblo árabe
esparció por toda la región. Los castillos, las fortalezas, las iglesias, las calles estrechas y las chimeneas con filigranas son otras señales que resistieron el paso del tiempo. De los fenicios, los cartagineses y los romanos, el Algarve recibió también valiosas contribuciones.
Influido por diversas culturas, el Algarve unió a los hábitos de su pueblo las costumbres de algunos parajes lejanos. De este modo surgió la rica artesanía algarvía. En los talleres de artesanos, y en sus innumerables tiendas de artesanía esparcidas por la región, puede apreciarse una impresionante variedad de trabajos en cobre, hierro forjado, madera, corcho, cerámica, azulejo o alfarería.
Mucho que hacer
El Algarve es una región viva, y no solo las visitas programadas nos harán disfrutar, sino que extraeremos el máximo si nos sumergimos en sus calle, conciertos musicales, eventos deportivos, ferias temáticas, fiestas y romerías populares. Después de una mañana en la playa, podemos acercarnos al zoo, donde nuestros hijos pasarán un rato divertido e instructivo. Luego, podemos visitar una exposición o aprovechar para refrescarnos en una terraza con música
en vivo, mientras pensamos en la cena.
Treinta campos de golf, si nos atre este deporte, nos aportan treinta opciones que desafían a profesionales o tientan a aficionados. En el Algarve se vive en la calle, se olvida el stress y se visten pantalones cortos. Todo el año. El Algarve es bueno para la salud, repone el equilibrio natural, nos reconcilia con la vida. Se vive fuera de casa, en las terrazas, en la barbacoa, con comidas sanas de pescados a la parrilla y mariscos.