Existen diferentes posibilidades a la hora de plantear un viaje. Podemos decantarnos por un destino exótico, que nos transporte a parajes propios de relatos orientales. Tenemos la opción de elegir unas vacaciones de relax, con la única intención de holgazanear frente al mar. Quizás nos apetezca emprender un viaje cultural, para conocer más sobre la Historia de un lugar. ¿Y si lo tenemos todo? Marruecos nos ofrece todo esto y mucho más.
Un destino cercano, pero con el sabor del exotismo oriental, con múltiples posibilidades para vivir en familia. Marruecos es un destino turístico de primer orden, y cada vez más viajeros se dejan seducir por sus encantos.
Ocio y tranquilidad en la playa, deportes, compras, excursiones pintorescas y, por supuesto, actividades para toda la familia. Gracias a la variedad de ofertas en Marruecos, podemos elegir qué tipo de vacaciones queremos disfrutar, con la seguridad de que encontraremos exactamente lo que buscamos.
Lugares más interesantes
Precisamente porque en este país hay mucho que ver, lo mejor es organizar nuestro viaje, para no perder el tiempo tratando de orientarnos por nuestra cuenta. Tampoco es probable que podamos entendernos allí, a no ser que dominemos en francés. Así que lo más recomendable es recurrir a los servicios de los guías locales, que nos conducirán a los lugares más interesantes, siempre dependiendo de nuestras circunstancias.
Así, podremos descubrir la Medina de Marrakech, que es el corazón de las ciudades marroquíes, recorrer los zocos, que son los mercados árabes, o visitar los monumentos de Fez o Rabat. Todo estará preparado para que podamos ver lo que nos interese y tendremos a nuestro lado a un guía en cada etapa de nuestra estancia.
Costa de gran belleza
Si lo nuestro es la playa, hemos elegido el destino correcto. Podremos descansar en familia al borde de una refrescante piscina y poco después disfrutar de la costa Mediterránea o Altántica. En estos parajes de enorme belleza, donde las dunas se pierden en las olas, podremos elegir un tranquilo paseo por la orilla o hacer una breve excursión a caballo o a lomos de un dromedario. Nuestro guía se encargará de indicarnos el modo de acceder a estas actividades.
Los hoteles cercanos a la costa nos ofrecen una gran variedad, para que podamos elegir a nuestro gusto sin pasarnos del presupuesto. La “fórmula club”, por ejemplo, incluye animaciones y espectáculos nocturnos, aunque por supuesto podemos elegir un hotel más tranquilo. Nos daremos cuenta enseguida de que la familia es siempre objeto de atenciones, y que se preocupan por satisfacer tanto a los más pequeños como a los mayores.
Volviendo a las playas, Marruecos cuenta con una gran extensión costera, con inmensas playas de arena blanca. Entre tanta variedad, seguro que encontramos la que se adapta a nuestros gustos. En Tánger, podemos admirar el Estrecho de Gibraltar al atardecer desde una cala protegida del Mediterráneo, o también podemos pasear por las murallas de Essaouira y experimentar la sensación de encontrarnos al otro lado del mundo.
Ocio o tranquilidad
Las playas más visitadas son las que se encuentran más próximas a las ciudades, sobre todo en la costa atlántica. No obstante, existen muchas playas en otros lugares donde la naturaleza permanece intacta. Así que podemos elegir qué tipo de playa preferimos: concurrida o solitaria.
En todas, podremos disfrutar de un baño agradable, del ocio o de los deportes acuáticos más modernos.
Atlántico
En el Atlántico, nos encontraremos con playas que se configuran como franjas de arena fina, con una gran extensión y dominadas por las olas del océano. Seguramente no sea nuestro caso, pero quienes disfrutan de deportes como el surf o el windsurf, aquí encontrarán vientos apropiados para la práctica de estas modalidades.
La zona arqueológica romana de Lixus, declarada como Patrimonio mundial de la UNESCO, tiene una fantástica playa que se extiende a lo largo de varios kilómetros. En pleno auge, Hauzia, la playa de El jadida, antigua Mazagan, tiene cada vez más éxito, tal vez por el hermoso bosque de eucaliptos que la bordean y del magnífico campo de golf que se encuentra muy cerca.
Mediterráneo
El Mediterráneo presenta características diferenciadas dependiendo de la zona que visitemos. En la franja que va desde Tánger a Al Hoceima, nos encontramos con un mar tranquilo con playas íntimas. Algunas de ellas tienen el encanto añadido de encontrarse junto a pueblecitos pesqueros tradicionales, donde la naturaleza es paradisíaca.
En la otra franja, frente a Andalucía, nos encontramos con grandes extensiones de playas de arena blanca. Esta es una zona más dotada, con puerto deportivo y un campo de golf de 18 hoyos, todo ello próximo a dos aeropuertos internacionales.
Encuentros con la naturaleza
En Marruecos, hablar de naturaleza es, en realidad, referirse al país en toda su extensión, porque está presente en todas partes. Las reservas y parques naturales son muy numerosos. En el parque de la desembocadura de los uadis Souss y Massa, cerca de Agadir, la naturaleza forma un ecositema ideal para acoger flamencos rosas, grullas, ibis eremitas…
Al sur de Sidi Ifni, encontraremos una fantástica playa blanca que despliega su belleza a lo largo de 50 kilómetros. Aun más al sur, la bahía de Dakhla contiene la última colonia de focas monje del mundo, y la desembocadura de la Mulaya se revela también como un paraíso para los pájaros.
Si nos acercamos al macizo del Atlas, veremos que los paisajes se vuelven cada vez más verdes y la atmósfera, más fresca. Los contrastes en esta zona son sorprendentes. Podríamos esquiar en invierno, mientras que, al mismo tiempo, tendríamos la oportunidad de bañarnos en Marrakech.
Ouarzazate, que se encuentra más al sur, es la puerta del desierto, famosa por sus qasabah (casbas) y sus ksour (pueblos fortificados). Al este de la ciudad, se extiende el valle de Dades, que se acaba en las gargantas del Dades y las del Todra, con sus enormes paredes rocosas.
Siguiendo hacia el sur, se encuentra el valle del Draa, que discurre hasta M’hamid, la última ciudad antes del gran desierto, y cuyos oasis surgen en un paisaje rocoso y con montañas que nos cautivan.
Zocos y artesanía
La artesanía marroquí es uno de los grandes atractivos que ofrece al país, y nos da la oportunidad de hacernos con objetos originales que servirán de decoración y recuerdo en nuestras casas. En cualquier esquina de los callejones de la medina, ya sea en Fez, Meknes o Marrakech, seguro que encontramos a algún especialista de los mosaicos de azulejos.
También encontraremos establecimientos de alfareros, y estarán encantados de mostrarnos su destreza con las manos e incluso nos invitarán a un té de menta. Hallaremos muchos objetos de alfarería o cerámica: bandejas, ensaladeras, platos, cuencos, floreros… Seguro que darán un toque exótico en nuestra cocina.
Las alfombras son también numerosas y muy típicas de la artesanía marroquí. En los mercados de Rabat encontraremos las más bellas de Marruecos. Son de una calidad excelente. En el sur o en los pueblos apartados, descubriremos la artesanía bereber. Las alfombras tejidas a mano aquí se caracterizan por una confección sencilla y refinada al mismo tiempo, lograda con mucha paciencia.
El cuero y la piel tienen, como sabemos, una importancia enorme en la artesanía marroquí. En el zoco, enseguida nos daremos cuenta de que la marroquinería tiene aquí sus raíces, tanto por el trabajo cuidado como por la excelente calidad de los productos. Una cartera o una robusta bolsa de viaje podrían ser algunas de nuestras adquisiciones.
Marruecos monumental
La cultura es otro de los grandes motivos para visitar Marruecos. Hay mucho que ver, mucho por descubrir. De entre todos los lugares grandiosos de este país, nos interesa destacar, sobre todo, los ocho lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Al norte, podemos admirar la incomparable medina de Tetuán, por haber conservado intacto su estilo único, mezcla de influencias andaluzas y árabes.
En el sur, encontramos la ciudad imperial de Meknes, una impresionante urbe del siglo XI, con una arquitectura mestiza que le ha valido el reconocimiento desde 1996. A pocos kilómetros, podremos contemplar los vestigios de la ingeniería urbanística del Imperio Romano. Se trata de Vlubilis, el lugar antiguo más importante de Marruecos y el mejor conservado.
La medina de Fez, ancestral pero siempre llena de vida, forma también parte de la selección de la UNESCO. Fue el primero en integrar la lista, en 1981, gracias a un urbanismo inspirado en el Islam que es un modelo en su género.
Encontraremos otros dos lugares de prestigio reconocido en la costa atlántica: la antigua ciudad portuguesa de Mazagan y la medina de Essaouira. Por último, en el centro del país, tenemos la suntuosa plaza de Yamaa el-Fna de Marrakech y la asombrosa ciudad fortificada de Aït.Ben.Haddou, en la región de Ouarzazate.
Excursiones para todos
Seguro que nuestros hijos disfrutan con las maravillas naturales que podemos encontrar en Marruecos. La fauna es diversa y sorprendente. Muchos pájaros eligen como domicilio los parques naturales marroquíes, para nuestro disfruto. Flamencos rosas, grullas comunes, garzas y cigüeñas se detienen en los meandros del río Lukos, al sur de Tánger. También los encontraremos en las lagunas del parque nacional de Souss Massa, cerca de Agadir.
Por supuesto, existen excursiones organizadas para poder apreciar estas bellezas. Suelen programarse para los meses que van de septiembre a noviembre, o entre febrero y abril. En las visitas, podremos contemplar, además, gacelas, antílopes y avestruces. Podremos disfrutar de estampas inolvidables con un poco de suerte, como la imagen del águila real extendiendo sus alas en el aire puro del parque nacional de Tubkal.
Una excursión por el monte Tubkal nos ofrecerá también experiencias fascinantes. Quizás podamos ver algún ejemplar del cuervo de Berbería, reintroducido en 1993, o de un puerco espino. Veremos un panorama salvaje, con desfiladeros que escoltan a ríos de agua cristalina. El agua corre también por las cumbres del parque nacional de Tazzeka, para dar vida a enormes bosques de cedros y alcornoques.
El mar nos proporciona también momentos de diversión. En el parque nacional de El Hoceima, podremos comprobar la existencia de tres variedades de delfines, 69 especies de aves y algunas focas monjes. Estas son las últimas colonias del mundo, y se encuentran también en la bahía de Dakhla al Sur. Rayas y tortugas marinas crecen también en este lugar.
De utilidad
Idioma
El árabe es la lengua que se habla en Marruecos, aunque también nos podremos comunicar en francés o en español en muchos lugares.
Moneda
La unidad monetaria nacional de Marruecos es el dirham (DH), que no tiene convertibilidad fuera del Reino; por lo tanto, tendrá que saber dónde cambiar dinero y cuáles son las formas de pago.
Pasaporte
Es obligatorio estar en posesión de un pasaporte en vigor. Para países distintos de España, se puede exigir un visado. Infórmese en las embajadas y consulados para que le orienten antes de iniciar el viaje.
Salud y seguridad
Marruecos es un destino fácil; en materia de higiene y seguridad, viajar hasta allí no supone mayores precauciones que en su propio país.
Como en cada viaje, prepare y guarde fotocopias de toda su documentación personal. Así mismo, tenga a mano una lista de números de teléfono útiles para casos de emergencia, como la pérdida de una tarjeta de crédito.