Cuando nos vamos de vacaciones se rompe nuestro día a día por algún tiempo, pero rápidamente volvemos a recuperar nuestro estilo de vida. Pero, ¿qué hay de las rutinas de los más pequeños de la casa? No te pierdas las claves y consejos para el bienestar de tu bebé.
Cristina ToledoDurante las vacaciones en familia, siempre concedemos a nuestros pequeños permiso para saltarse las rutinas establecidas en su vida diaria. Mejor dicho, durante nuestro viaje, las rutinas han cambiado y, en cierto modo, han sido menos estrictas. Por eso, cuando volvemos a casa, es muy importante saber cómo actuar para que nuestros peques recuperen lo que habían aprendido con anterioridad y no se comporten de una manera diferente.
Paso a paso
Aunque las rutinas no son nuevas para ellos, ten en cuenta que no podemos volver a ellas en un solo día. Será necesario crear un periodo de adaptación para guiar los ritmos de nuestro bebé hacia un horario que aplicaremos todos los días a partir de ahora. Y, por otra parte, hacerlo de forma progresiva también puede influir en nuestro éxito.
¿Por dónde comenzamos?
Seguro que te surgirán muchas dudas, ¿por dónde debo empezar? ¿Qué es lo más importante? La hora de la comida, la hora de la siesta, la hora de irse a la cama o levantarse… todo es importante, pero es aconsejable seguir un orden para recuperar las rutinas y horarios habituales.
Desde Viajar con Hijos hemos hablado con Alicia Santamaría, doctora en farmacia y Jefa de Información Técnica de Laboratorios Ordesa. Estos son sus consejos y opiniones.
¿Qué alimentación es la más adecuada para los bebés durante las vacaciones?
No debemos diferenciar la alimentación del periodo de vacaciones de la del resto del año. Y las empresas de alimentación infantil nos hemos esforzado para que en el mercado existan excelentes productos para que esto pueda ser así.
Si bien es verdad que cuando estamos de vacaciones, y sobre todo cuando estamos fuera de casa, tendemos a relajar los hábitos en nuestra alimentación y en la de nuestros hijos dándoles algún capricho extra, es importante que intentemos que los bebés sigan una dieta variada y equilibrada, acorde con los alimentos que ya hayan introducido en su alimentación.
En su dieta no deben faltar los productos de origen vegetal y especialmente los alimentos frescos como la fruta y la verdura. Además, hay que mantener un consumo adecuado de lácteos, con un mínimo de 500 ml de leche o el equivalente en otros productos lácteos cuando ya se haya introducido la alimentación complementaria.
Cuando se está fuera de casa, los tarritos o las papillas en brick son una alternativa perfecta, que por su elevado valor nutricional y su agradable aroma y sabor resultan una excelente alternativa y ayudan a equilibrar la alimentación de los bebés.
¿Es recomendable seguir la misma rutina de sueño y alimentación de los bebés durante las vacaciones? ¿Cómo afecta al bebe un cambio de estas rutinas?
Ya sabemos que en la educación de los bebés y los niños de corta edad, y especialmente en la educación alimentaria, son muy importantes los hábitos y las rutinas, por lo que durante las vacaciones debemos seguir manteniendo en la medida de lo posible los horarios y las pautas del resto del año.
Aunque no siempre sea fácil, hay que hacer un esfuerzo especialmente en los niños de menor edad, ya que el hambre o el sueño les causan irritación y malestar. Si no les damos de comer o los acostamos a su hora de costumbre, puede que más tarde les cueste conciliar el sueño y que rechacen incluso la comida. Fácilmente, después de unos días de vacaciones, pueden alterar los hábitos en los que se ha estado trabajando e insistiendo el resto del año, y al volver a casa costará acostumbrarles de nuevo a los horarios que comporta el regreso a la guardería o el parvulario.
¿Cuáles son los productos que pueden utilizarse para recuperar la rutina del sueño de los más pequeños?
Los más importante para volver a la rutina es insistir en los hábitos: fijar y respetar siempre unos horarios, conseguir un ambiente relajado en oscuridad y silencio que ayude a conciliar el sueño y, si el niño tiene costumbre, leerle un cuento antes de acostarle.
Si tras las vacaciones cuesta recuperar la rutina del sueño, también podemos incluir en la alimentación del bebé algunos alimentos infantiles que nos pueden ser de utilidad, como las infusiones a base de plantas, como la tila y la melisa, o una leche infantil especialmente destinada al periodo nocturno.
Estos preparados infantiles de noche contiene una cantidad más elevada de los nutrientes que favorece el inicio del sueño y disminuye los despertares nocturnos como el triptófano, los hidratos de carbono, triglicéridos y nucleótidos. Su formulación se basa en los cambios de composición que presenta la leche materna a lo largo del día, ya que los mismos se relacionan con la maduración de los ciclos de sueño durante los primeros meses de vida.
Son aconsejables en la alimentación de los lactantes a los cuales les cuesta conciliar el sueño, en los que presentan un número elevado de despertares nocturnos, o en los que el número de horas de sueño nocturno es inferior al habitual para su edad.
Los preparados de tila, melisa y manzanilla son también de gran utilidad a la hora de conciliar el sueño, favoreciendo una mayor duración y calidad del mismo. Las propiedades de la tila, la melisa y la manzanilla son muy beneficiosas para que los bebés duerman más y mejor.
¿Existen algunas pautas para establecer de nuevo la rutina después de un viaje?
El mejor consejo para ayudar a recuperar la rutina después de un viaje es esforzarse en que la misma no se pierda durante el viaje.
Cuanto más parecidas sean las rutinas cuando el niño se encuentre dentro o fuera de casa, más tranquilo y relajado se encontrará, ya que para los más pequeños las rutinas aportan seguridad y protección.
En el caso de que por diferentes motivos no nos haya sido posible conservar nuestros hábitos cotidianos, hay que intentar volver a ellos lo antes posible, y adoptar una actitud firme para que las rutinas se recuperen en el menor plazo de tiempo posible.
No permitas demasiado
Las vacaciones deben ser un periodo de relajación, en el cual dispongamos de más tiempo para dedicarles a nuestros hijos y durante el cual podamos llevar a cabo múltiples actividades y salidas con ellos.
Las comidas fuera de casa y a deshora, el poderse ir a dormir más tarde en el caso de los más mayores, debe ser contemplado como una excepción, tanto por parte de los padres como de los niños, pero sin olvidar que los padres deben cumplir con su papel de educadores durante todo el año sin tomarse un respiro durante sus vacaciones, aunque cueste, porque como ya hemos comentado, para los bebés y niños pequeños, es esencial mantener la rutina.
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