Uno de los principales inconvenientes que encontramos a la hora de viajar es el desplazamiento hasta el aeropuerto. Siempre nos asaltan las dudas acerca de cuál es la mejor opción, la más cómoda y la más barata. Y no siempre acertamos. Podemos escoger entre ir en transporte público, o bien ir en transporte privado. Ambas opciones tienen, por supuesto, sus ventajas e inconvenientes.
España cuenta con varios de los aeropuertos más importantes de Europa, entre ellos el aeropuerto de Madrid, el de Barcelona-El Prat o los aeropuertos de Mallorca, Málaga y Alicante, que ocupan el tercer, cuarto y quinto puesto respectivamente por número de pasajeros dentro de territorio español. Con semejantes cifras, y en especial en fechas señaladas como agosto o diciembre, el trayecto al aeropuerto puede convertirse en todo un reto.
Autobuses y metro
El transporte público presenta como principal atractivo un precio más asequible, y sus principales inconvenientes son la limitación de horarios o el tiempo que tardan en llegar al aeropuerto. Esto se ve reflejado perfectamente en las opciones de autobús, metro y tren. El autobús es la opción más barata para ir desde el centro de la ciudad al aeropuerto, y en general se ofrecen varias opciones, autobuses de línea regular, autobuses exprés y autobuses nocturnos. En Barcelona, por ejemplo, es posible coger un bus de línea regular desde el aeropuerto al centro por un euro. Como contrapartida, es el servicio más lento y con menor frecuencia de paso. Le siguen las opciones de metro o tren, dependiendo de dónde nos encontremos.
El problema de estas opciones se presenta cuando viajamos con nuestros hijos, porque esto supone estar pendientes de ellos y, además, implica llevar más equipaje, el nuestro y el de ellos. No resulta muy cómodo desplazarnos en autobús y metro en estas circunstancias. Además, estas opciones pueden encarecerse un poco, por ejemplo, por tasas adicionales en las tarifas cuando el origen o destino es el aeropuerto, tal y como pasa en Madrid y Barcelona. Son opciones más rápidas, pero que con frecuencia implican transbordos e incomodidades sobretodo si vamos cargados de equipaje.
¿Qué tal en taxi?
Si estas alternativas no nos convencen, podemos optar por un taxi. La desventaja es obviamente el precio, ya que a veces nos cobrarán suplementos por ir al aeropuerto, por horarios especiales o por maletas. Además de no ser nosotros los que conducimos y el tiempo que podamos tardar en encontrar un taxi disponible. La ventaja es que es más cómodo y rápido.
Vehículo propio, ideal gracias a los aparcamientos cercanos
Finalmente podemos escoger ir al aeropuerto en nuestro propio coche. Esta es la opción preferida por muchos, y más si viajamos en familia, ya que permite organizarnos mucho mejor, y ya sabemos que en los viajes con niños la planificación es muy importante. Nunca sabemos cuándo tendremos un imprevisto y contar con un margen de maniobra ayuda mucho.
El único inconveniente de esta opción hasta ahora era encontrar aparcamiento en el aeropuerto. El parking oficial puede resultar muy caro, pero lo que mucha gente no sabe es que existen muchas otras posibilidades para aparcar nuestro vehículo a un precio mucho menor. Existe un comparador de aparcamiento cercano a los aeropuertos llamado Parkos que nos puede facilitar esta tarea. Con este comparador se pueden encontrar todos los aparcamientos disponibles, compararlos y hacer una reserva online para asegurarnos una plaza a un precio hasta un 70% más barato que el parking oficial. Algo muy interesante es que podremos ver fotos reales de los parkings y que podremos escoger entre varios servicios, como el traslado al aeropuerto, la recogida y entrega del vehículo en la terminal, parking cubierto o exterior o incluso contratar un servicio de lavado.
Sea cual sea la opción que prefieras, siempre deberías conocer las alternativas disponibles, ya que nuestra forma de viajar, al igual que nosotros, no es siempre la misma y debemos estar preparados.