Muchos padres no están completamente convencidos a la hora de adquirir una mascota cuando sus hijos son muy pequeños. ¿Será bueno para los niños? ¿Habrá una convivencia sana y beneficiosa para ellos? Desde viajar con hijos despejamos todas tus incógnitas.
Texto: Cristina Toledo
Todos sabemos que la mayoría de los niños pequeños se empeñan en tener un animal de compañía y muchos padres no están seguros a la hora de tomar esa decisión. Surgen muchas incógnitas. ¿Se llevará bien mi mascota con mis hijos? ¿Podrá hacerles daño de alguna manera? ¿Beneficiará a los niños cuidar por sí mismos de un animal? Desde Viajar con hijos queremos darte una serie de pautas y consejos que pueden ser útiles si te encuentras en esta situación.
Lo más importante
Ante todo lo más importante es enseñar a tus hijos que tener una mascota implica una responsabilidad. Las cosas buenas como el juego, la diversión o la compañía del animal son puntos a favor, pero el hecho de que una mascota necesita unos cuidados y unas atenciones no debe ser menos importante. Muchos psicólogos afirman que la convivencia entre niños y animales ayuda a los pequeños a ser más responsables, a que aprendan a respetar y cuidar la naturaleza, les hace tener un carácter más abierto y sociable y, en definitiva, influye de una manera muy positiva en todos los aspectos de su crecimiento y desarrollo.
Primeros contactos
Una vez que tus hijos tienen claro que tener un animal de compañía implica una tarea de responsabilidad y que un perro o un gato no es un juguete, estarán listos para los primeros contactos con el animal. Es muy importante que estos primeros encuentros se produzcan bajo la supervisión de un adulto, que pueda ver y analizar tanto el comportamiento de los niños como el del animal. Todos hemos visto alguna vez cómo un niño coge a un gato de forma inadecuada, tira de la cola del perro o mete al hámster debajo del grifo. Este tipo de comportamientos son los que debemos evitar utilizando todos los medios posibles, pero sobre todo, hablando con los niños y haciéndoles entender lo que es bueno y lo que es malo para nuestra mascota.
Enséñale a tu hijo cómo tratar al animal, cómo puede jugar con él sin hacerle daño, la mejor manera de acariciarlo o cogerlo en brazos. Por su parte, la mascota también debe recibir una educación, especialmente en el caso de los perros. Es fundamental que el perro entienda que el niño está por encima de él en la jerarquía familiar. ¿Cómo puedes conseguir esto? Muy sencillo. Podemos seguir unas pautas simples como saludar primero al niño cuando lleguemos a casa, darle de comer antes o hacer que siempre reciba las atenciones primero, antes que nuestra mascota. De este modo el perro lo verá como un amigo, pero también entenderá que es su dueño y debe respetarlo y obedecerlo. Pero, por supuesto, esto nunca significa que debamos ignorar a nuestra mascota, sino todo lo contrario.
Cuidados básicos
La higiene y la limpieza es algo básico a la hora de que nuestros hijos se relacionen con los animales. No olvides que aunque tu mascota esté limpia y cuidada es un animal que anda por la calle, se ensucia las patitas, etc. Enseña a tu hijo a que se lave las manos siempre antes de comer, a que no suba a la mascota a su cama y a que sepa que se relación con el animal tiene unos límites. No olvides las visitas rutinarias al veterinario, aunque tu mascota aparentemente esté sana y fuerte siempre es bueno que esté supervisada por un profesional.
Es inevitable que entre el niño y la mascota se haya creado un vínculo muy especial, pero a pesar de eso hay que advertirlo de que ciertas cosas no pueden hacerse ni permitirse. Por ejemplo, no es adecuado que compartan juguetes o el mismo lugar para dormir, cada uno deberá tener su propio espacio. Ten en cuenta que tu mascota no tendrá tanta energía como un niño pequeño y, a veces, también querrá estar relejada o descansar. Tus hijos deberán respetar eso.
La llegada de un bebé
Cuando parece que ya todo está aprendido por parte de los más pequeños y que tu mascota se ha acostumbrado ha convivir y compartir experiencias con ellos, la llegada de un bebé puede cambiarlo todo. Hay que tener en cuenta que tanto los niños como la mascota pueden sentirse celosos al no ser el centro de atención para los padres, es importante que sepáis cómo afrontar esta situación. Tu mascota debe entender que el bebé es muy pequeño e indefenso y que necesita muchos cuidados constantemente. Haz que lo conozca sin miedo, que vaya entendiendo que ahora seréis uno más en casa. No tiene porqué haber ningún problema.
Como para todo, la edad de cada persona será adecuada o no para adquirir un papel en la educación del animal. Cuando el niño tenga entre tres y cuatro años, se le pueden dar pequeñas tareas en relación con la mascota que no conlleven esfuerzo, sino todo lo contrario, como jugar con ella a una determinada hora. A partir de los diez años puede ser elñ momento perfecto para empezar a otorgarle más responsabilidad como darle de comer, llenarle el cuenco del agua o, incluso, sacarlo a pasear. Ten en cuenta que a la hora de repartir responsabilidades, el tipo de mascota que hayamos adquirido será un factor clave, puesto que no es lo mismo cuidar un perro que pájaro o una tortuga.
Situaciones especiales
Las terapias asistidas con perros y niños con problemas para relacionarse con su entorno han demostrado ser muy eficaces, puesto que los animales son capaces de despertar en ellos sentimientos como la alegría, la comprensión, la compasión o el cariño. Un ejemplo de ellos es el caso de las terapias con niños autistas donde se utilizan perros, delfines y caballos. Normalmente consisten en sesiones de corta duración de juegos donde los niños se relacionan y tienen un contacto directo con los animales, le muestran su cariño y se preocupan por ellos. La actitud de los más pequeños mejora en la gran mayoría de los casos.
Nos vamos de viaje
Todo lo que hemos explicado anteriormente servirá para que la convivencia en familia sea más fácil y, por supuesto, divertida para tus hijos y para tu mascota. En definitiva, el niño puede encontrar en su mascota al compañero ideal de juegos, un apoyo incondicional y un amigo verdadero. Valores como el cariño, la empatía o la responsabilidad se desarrollarán de una manera más aguda en los pequeños que compartan el día a día con los animales.
Todos estos consejos serán muy útiles tanto en casa como a la hora de hacer un viaje, tu mascota es uno más de la familia por lo que ya podéis preparar las maletas y ¡disfrutar de unas vacaciones todos juntos!
¿Hay una mascota ideal?
Muchos padres se preocupan y piden consejo a la hora de adquirir un animal, pensando que existe la mascota ideal. Según los expertos no es adecuado que cataloguemos a una determinada raza de perro o gato como la más recomendada para los niños. Lo importante es la elección del cachorro y, sobre todo, la educación y la estimulación que le proporcionemos durante su crecimiento. El carácter del perro o del gato estará más condicionado por estos factores externos que por otros genéticos.
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