Zaragoza es de esas ciudades españolas que hay que visitar, tanto por su riqueza monumental y paisajística, como por sus posibilidades gastronómicas. Y ya que estamos en Zaragoza y hay que elegir alojamiento, si nos lo podemos permitir, el Hotel Palafox. Con sus cinco bien merecidas estrellas, es una elección inmejorable. Bien situado, servicios de gran calidad y personal atento y profesional que nos ayudará a hacer mejor la visita a la ciudad.
El Hotel Palafox es un hotel de cinco estrellas, con todos los servicios y calidad que se esperan de un hotel de esa categoría. No hay ningún apartado en el que el Hotel Palafox no esté a la altura de lo que se espera cuando uno se aloja en un hotel de cinco estrellas.
Instalaciones de primera
Las habitaciones son muy amplias, con todos los detalles que un hotel de cinco estrellas debe de ofrecer a sus huéspedes, con una decoración exquisita y un confort estupendo.
El parking del hotel es amplio, y además, si quieres te lo aparcan ellos mismo, por lo que no tienes que perder ni un minuto en ese tema.
Restauración
El restaurante del Hotel Palafox es muy bueno. Con unos precios acordes a su calidad, pero que tampoco son exagerados. Podríamos decir que la relación calidad-precio es bastante aceptable. Un consejo, si vamos a disfrutar del restaurante, olvidémonos por un día del colesterol, el régimen y cosas así, porque si vamos a un restaurante tan bueno, disfrutémoslo, que ya habrá muchos días para lechuga y más lechuga.
976 23 77 00
www.palafoxhoteles.com/es/hoteles-en-zaragoza/hotel-palafox
Desayuno
El desayuno del Hotel Palafox es uno de los 3 mejores que hemos visto nunca. No es solamente la gran variedad, es la increíble calidad de todos y cada uno de los productos que sirven. Además, ofrecen también productos autóctonos de Aragón, con lo que no sólo desayunamos, también conocemos la gastronomía de la región.
Piscina
La piscina de la terraza está muy bien para refrescarnos en verano tras haber pasado el día visitando la ciudad. Porque en Zaragoza en verano hace calor de verdad, y ese chapuzón post-visita se agradece enormemente.