Moverse por Praga
Sin lugar a dudas, la mejor forma de moverse por la ciudad es como dice la canción de El Último de la Fila: “un ratito a pie y otro caminando”.
Praga es una ciudad que invita a pasearse a pie, a disfrutar de sus múltiples atractivos y apreciar tranquilamente toda su monumentalidad. Desde el Castillo, al centro y al barrio judío. Todo se puede hacer tranquilamente paseando.
Si por algún motivo tenemos que desplazarnos de otra forma, como por ejemplo si queremos ir a la colina de Petrin o nuestro hotel queda lejos, el transporte público colectivo es lo mejor.
Utilizar el servicio de taxis es lo menos recomendable, a menos de que se sigan una serie de instrucciones. Y aun así, los taxis son extremadamente caros.
Los taxis en Praga son un problema. Aun consiguiendo que el taxista no nos engañe, son caros. Pero es que si no seguimos una serie de precauciones, la “mordida” puede ser antológica.
En primer lugar, los menos “chorizos” son los de la compañía AAA. No es que sean un dechado de honradez, pero al menos son de una compañía seria. Son amarillos y ponen bien grande en la puerta “AAA”, y sus paradas tienen un pulgar hacia arriba. Los otros amarillos y los celestes, mejor ni intentarlo.
Aun así, antes de subir al taxi, hay que “acordar” el precio de la carrera. Porque a menos de que seamos unos expertos en la cartografía de Praga, el uso del taxímetro lo único que va a ocasionar es un agujero en nuestra cartera.
Sobre cervezas
La cerveza checa es muy buena. En mi opinión, no es la mejor del mundo como ellos afirman, pero es buena. Pero tienen una costumbre que a los españoles nos puede chocar. Para ellos, la temperatura ideal para beber una cerveza es sobre 8-9 grados. Esto tiene dos cosas para nosotros, que notaremos la cerveza “caliente” para nuestro gusto habitual y que si la pedimos en un restaurante antes que la comida, cuando nos la traigan, va a estar realmente caliente. Con lo que probablemente debamos pedir otra cerveza adicional. Esto no tiene por qué ser necesariamente malo, nunca está de más una cervecita.
Medicinas
A Praga hay que llevar todas las medicinas que creamos que es posible que necesitemos para nuestros hijos. En las farmacias de Praga no te dispensan ninguna medicina sin la receta de un médico checo. En todas hay tarjetas de doctores, pero para poder darle a nuestro hijo un mucolítico o antitérmico, es posible que nos veamos obligados a pagar 50 o 60 euros y perder tiempo en que venga el médico checo. Así que mejor llevarlas desde España.
Precios
Para hacernos una idea de lo que son los taxis en Praga, dos apuntes. Al preguntar yo a tres taxis distintos cuánto me cobraban por la misma carrera, el que menos me pidió quince euros, y el que más veinticinco. Para la misma carrera, la limusina del hotel cobraba quince con noventa y cinco.
Moneda
La República Checa no ha entrado en el Euro. Eso significa que sigue conservando su moneda, aunque en Praga la aceptan en casi todos los sitios. A pesar de esto, es conveniente tener dinero cambiado a Coronas Checas.
Cuando nosotros viajamos a Praga el cambio era 25 coronas por un euro. Pero hay que tener cuidado en dónde cambiar. Yo lo hice en el aeropuerto de Praga y me dieron 20. En algunas tiendas de cambio del centro llegan aplicar tantas comisiones que al final sacas incluso 14, lo cual es una pérdida de casi el 50%.
En muchas tiendas te aceptan el euro a mucho mejor precio, desde 24 a 26. En otras, si pagas en euros te devuelven el cambio en coronas. Son muy pocas las tiendas, yo casi diría que ninguna, en las que no puedas pagar con euros. Incluso los puestecillos callejeros.
En todo caso, el consejo es andarse con mucho ojo a la hora de cambiar moneda. No es nada que no ocurra en otros países, pero el estar en Europa puede hacernos descuidarnos y costarnos el despiste un dinerito.
Jazz
Yo no soy muy amante del Jazz, pero al que le guste este tipo de música puede encontrar unos bares muy simpáticos donde escuchar buen jazz mientras saborea una cerveza checa. Y ya que hablamos de cerveza, lo típico en los bares checos es que la marca de cerveza de barril tenga un cartel luminoso con su nombre, para que los parroquianos y posibles clientes sepan la marca de cerveza que van a beber.
Calles impolutas
Envidia. Sólo eso puede describir lo que sentí al ver una ciudad tan grande y tan turística, tan limpia y ordenada. Ni suciedad, ni basura, ni papeleras rotas, ni cacas de perro. Todo impoluto. Se supone que te multan si tiras cosas al suelo. Pero estoy seguro que el civismo también hace mucho para que Praga sea una de las ciudades más cuidadas que he visto nunca.
Regalos
Todos los que solemos viajar a menudo sabemos que los aeropuertos son caros. El de Praga no es una excepción. No es ni mucho más ni mucho menos que los otros aeropuertos de Europa en los que hemos estado. Aunque te pongan un cartelito en llegadas que te dice que las tiendas del aeropuerto son más baratas que las de Praga ciudad, no es cierto. Las compras de regalitos para la familia, mejor hacerlas en la ciudad.
Vigilancia
Aunque hay que tomar las medidas de seguridad habitual en cualquier gran ciudad, las zonas turísticas de Praga están permanentemente vigiladas por cámaras y la policía se toma con mucha seriedad la seguridad de los turistas. No por esto hay que obviar las precauciones, pero siempre es un motivo de tranquilidad.