Texto: Enrique Sancho
La capital alemana es bien conocida por sus edificios históricos, por sus numerosos e importantes museos, por su vida cultural, por su animación en cualquier momento del día… o de la noche. Pero, además, y eso no siempre se sabe, Berlín no solo es la mayor ciudad de Alemania, sino también la más verde… o la más verde y azul, habría que decir, porque sus parques, bosques, lagos y vías fluviales ocupan el 45% de su superficie.
Las posibilidades de disfrutar Berlín al aire libre son enormes. Ahí están los puestos de comida callejera en los viejos mercados, los de helados, las terrazas de las cervecerías, los bares de playa, incluso los cines al aire libre… todo está fácil moviéndose en bicicleta o en corto o largos paseos, también en transporte público, que es gratis con la Berlin Welcome Card. Aunque, lamentablemente, este año se han cancelado sus numerosos eventos al aire libre, como conciertos y coloridos desfiles, aquí indicamos diez cosas que no hay que perderse en la próxima visita a Berlín, sobre todo si se hace en verano.
Un vistazo inicial en bus
Como en casi todas las ciudades, lo primero que conviene hacer es un recorrido en algunos de los buses panorámicos que recorren los principales lugares turísticos e históricos de la ciudad. La fórmula, que recomienda el buscador https://www.jetcost.es suele permitir bajar en cualquiera de las paradas, visitar lo que toque y volver a seguir trayecto con un nuevo bus. Berlín tiene una variedad de recorridos que satisfacen todas las preferencias y que permiten en dos horas, si uno no opta por bajarse, conocer lo más destacado de la ciudad mientras se dan explicaciones en el idioma que uno desee. Aunque hay muchas empresas y los recorridos son diversos, la mayoría suele incluir lugares como el Reichstag, la Puerta de Brandenburgo, Siegessäule, Potsdamer Platz, Alexanderplatz, Checkpoint Charlie, Gendarmenmarkt, y muchas otras atracciones. Además de los típicos recorridos en buses con el techo abierto, hay otros más exclusivos en los populares «escarabajos» de Volkswagen o en carruajes de caballos, sin caballos, con motor eléctrico pero con el mismo chófer con el uniforme de estilo wilhelminiano y chistera.
Primer contacto con el agua
Berlín es una ciudad verde, llena de lagos y de ríos como el Spree y el Landwehrkanal o los lagos Müggelsee y Wannsee y en ellos está permitido bañarse. Pero si no se anima a nadar, la mejor manera de hacerse una idea de la cantidad de agua que hay en la ciudad es haciendo un recorrido guiado en barco pasando junto a los puntos de interés turístico más destacados, escuchando cómodamente la audio-guía en el idioma elegido y tomándose una cervecita plácidamente. El mar Báltico no está lejos y no es mala idea acercarse en verano a una de sus playas, ahora que la temperatura es muy agradable, pero en el mismo Berlín hay a tiro de piedra un montón de preciosos lagos, muchos con playas de arena y muy fácil acceso donde poder refrescarse. En la playa de Charlie en Checkpoint Charlie puedes relajarte con bebidas frías, salchichas a la parrilla y patatas fritas en medio del ambiente urbano. Y si uno se ha dejado el bañador o el bikini en casa, no hay que preocuparse, aquí se practica la «cultura del cuerpo libre» y uno puede bañarse son complejos.
Animarse en una piscina de casi un kilómetro de largo
Si no convence el baño en los ríos o lagos, no hay problema, hay numerosas piscinas al aire libre y de verano en Berlín. En casi todos los distritos hay una piscina al aire libre. Para las altas temperaturas, las piscinas al aire libre de Berlín son el lugar ideal para refrescarse. Aunque aún no está disponible, en poco tiempo será posible bañarse en el corazón de la Isla de los Museos, en el centro histórico de la ciudad. La asociación Flussbad Berlin planea la construcción de una piscina de 750 metros de largo en el canal del río Spree, entre Schlossplatz y el Museo Bode, que abrirá al público general. El proyecto también contempla un humedal y un aguazal para la purificación natural del agua del río. El proyecto se ha comprometido con un desarrollo urbanístico sostenible e integrador, a la vez que planea devolver a la vida la función histórica de esta parte de la ciudad.
Relajarse en uno de los jardines de cerveza
Las cervecerías al aire libre, conocidas como Biergarten (jardín de la cerveza) tienen una larga tradición. Una de las más antiguas, la cervecería Prater recibe a sus invitados bajo las sombras de los grandes árboles desde 1837, aunque se pueden encontrar cervecerías en muchos lugares de la ciudad, preferentemente cerca del agua o también cerca de atracciones turísticas del centro. Los jardines de cerveza son el mejor lugar para relajarse, encontrarse con amigos o tomar una copa a cualquier hora. Los jardines de cerveza de Berlín se pueden encontrar en el centro de la ciudad o en los barrios y parques, son simplemente una parte del verano de Berlín. Algunas ideas: experimentar en Hofbräu am Alex el estilo bávaro; en la villa de fabricantes protegida Brauhaus Rixdorf espera una cerveza elaborada con receta propia y comida casera; los amantes de las cervezas tradicionales harán bien en dirigirse al innovador contenedor BRLO Brwhouse; entirse como en casa en Schleusenkrug y observar los barcos cercanos mientras se toma la típica Berliner Weisse.
Ver películas bajo el cielo estrellado
Los cines al aire libre en Berlín están de plena actualidad durante los meses de verano. Las películas de aventuras se desarrollan con una atmósfera muy especial al aire libre, con las películas de terror realmente se puede tener un buen susto bajo el oscuro cielo nocturno, y con una película romántica puedes acurrucarte cerca de tu pareja bajo una manta de picnic. Uno de los cines al aire libre más antiguos de la capital es el Kreuzberg. Clásicos, películas de culto y éxitos de taquilla actuales de Hollywood se muestran allí en la versión original con subtítulos. Los vecinos de Cecilienplatz disfrutan del cine de verano desde el balcón, y el cine al aire libre de Rosengarten proyecta películas en un entorno romántico. El autocine del aeropuerto de Schönefeld evoca un sentimiento nostálgico. Tampoco hay que perderse el teatro al aire libre de Friedrichshain para hacer un pícnic bajo las estrellas mientras se disfruta de los antiguos clásicos.
Un picnic al aire libre, entre monumentos
Gracias a sus numerosas zonas verdes y parques, Berlín también es un lugar perfecto para disfrutar de un picnic relajado. La ciudad ofrece la libertad de elegir entre unas vistas impresionantes, lugares con sombra en medio de la naturaleza y parques animados que presentan otras formas de entretenimiento. Comer al aire libre en verano es muy agradable, pero evidentemente las personas que visitan Berlín también quieren ver algo de la cultura e historia de la ciudad. A fin de cuentas, la capital tiene muchos edificios y monumentos famosos, muchos de los cuales son de visita obligada. Afortunadamente, hay formas de combinar un picnic en Berlín con visitas turísticas. Hay varias opciones, como el Monbijoupark y el James Simon Park. Estos oasis de paz contiguos a orillas del Spree cuentan con un amplio espacio y vistas a varios monumentos famosos de Berlín, como la impresionante catedral de Berlín con su famosa cúpula, o la Torre de televisión, un símbolo del horizonte de la capital. Incluso un picnic en el Tiergarten es un punto de partida ideal para hacer turismo, ya que en el centro del parque se encuentra el Monumento Nacional de las Guerras de Unificación: la famosa Columna de la Victoria, con su estatua de bronce de la Victoria.
Tocar el cielo sobre Berlín
Y si, como se ha visto, a ras de suelo es una buena forma de disfrutar de Berlín, lo contrario también puede ser estupendo. Cuando la luna y las estrellas brillan en el cielo o el sol se refleja sobre el río Spree, lo mejor es pasar el tiempo en las terrazas de Berlín. Desde la hora del desayuno hasta altas horas de la noche se puede disfrutar de unas horas entretenidas, como por ejemplo en la terraza cultural del Klunkerkranich en Berlín-Neukölln. Se puede echar un vistazo a las obras de construcción del nuevo Palacio Real de Berlín desde el Humboldt Terrassen y disfrutar de las impresionantes vistas junto a la cúpula de cristal del edificio del Reichstag en Dachgartenrestaurant Käfer. No importa si se quiere salir de fiesta o simplemente relajarse, seguro que se encuentra un lugar con vistas prometedoras en alguna de las muchas terrazas de Berlín.
Saborear la cocina berlinesa
Cuando se abre el apetito es tiempo de descubrir la típica cocina berlinesa. Los platos más conocidos de esta cocina son bien contundentes: el Eisbein o codillo de cerdo servido con puré de guisantes; el hígado de ternera preparado de diversas maneras; el Sülze, una gelatina que contiene trozos de carne y verduras acompañada con patatas fritas. También las populares Frikadellen, filetes de carne picada de cerdo o ternera. Todo ello se puede encontrar en acogedores restaurantes rústicos o en vanguardistas restaurantes donde los cocineros reinterpretan los platos regionales. Los renovados mercados ofrecen comida callejera de todo el mundo así como platos más refinados. Y naturalmente hay que recordar que hay que probar los dos clásicos más famosos de Berlín: la Currywurst y el Döner. Siempre hay nuevas tendencias en la escena de restaurantes de Berlín. Los productos orgánicos regionales y de temporada se encuentran actualmente en la parte superior del menú. Cada vez más restaurantes se especializan en platos vegetarianos y veganos o evocan sabrosos platos sostenibles. La oferta culinaria es tan original y diversa como la escena cultural y artística. Las mentes gastronómicas más creativas y originales de todas partes del mundo llenan la metrópoli con nuevos sabores y conceptos de restauración innovadores. En Berlín no hay una semana en la que no se abran nuevos restaurantes o cafeterías que dejen a los visitantes asombrados. Hay que atreverse a entrar a un bar de postres, un restaurante con su propio huerto o a alguno de los muchos restaurantes inusuales de la capital.
Hacer un poco de turismo
Aunque sea verano, es inevitable aprovechar la estancia en Berlín para conocer, o volver a visitar lo mejor de la ciudad. Berlín tiene siglos de historia, pero además es totalmente nueva y diversa. Esta vibrante ciudad alberga de todo: desde edificios históricos hasta memoriales y antiguas fábricas reconvertidas en lo más inesperado. Hay que seguir la ruta del Muro de Berlín, o subir a uno de los puntos de observación de la ciudad y disfrutar de sus vistas panorámicas. O visitar una de las más populares atracciones, desde el Berlín Dungeon al Museo de Madame Tussaud o Legolandia. En el edificio del Reichstag en el distrito gubernamental de Berlín, se puede ver el Parlamento alemán en acción, un recorrido por la impresionante cúpula transparente del Reichstag es obligado. Quien visite Berlín no puede perderse la Puerta de Brandenburgo, la Torre de la Televisión con sus imponentes vistas o el histórico edificio del Reichstag. Una visita obligada es también el Monumento al Muro de Berlín en la Bernauer Strasse, seguida de unas compras en el bonito bulevar Kurfürstendamm. Otros lugares que no hay que perderse son la East Side Gallery y el Checkpoint Charlie, así como el Zoo de Berlín. Si se es amante de la historia y el arte podrá pasarse días en la impresionante Isla de los Museos, Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Conocer la noche berlinesa
No puede irse uno de Berlín sin disfrutar de su vibrante noche. Los clubs de Berlín convierten la noche en día., se puede ir de fiesta hasta que salga el sol, ¡y hasta que se vuelta a poner! Al contrario que en otras ciudades alemanas, Berlín no tiene hora de cierre. Siempre pasa algo en la capital alemana, a cualquier hora del día cualquier día del año: eventos, entretenimiento, cultura… ¡Berlín nunca duerme! Elegantes clubs con el mejor tecno, fiestas chill-out, sofisticados bares, clubs con música en directo, la noche berlinesa está lista en todo momento. Se puede arrancar la noche con un musical o algún otro espectáculo en uno de los teatros de Berlín y sumergirse después en la noche berlinesa. En casi cualquier zona de la ciudad hay un animada marcha. Algunos nombres: Auguststraße & Torstraße, lugar artístico durante el día y de fiesta por la noche; Hackescher Markt & Oranienburger Straße, donde late el corazón de Berlín; Oranienstraße, este barrio es quizás la zona más animada de Berlín. Pequeños restaurantes de cocina internacional, tiendas de diseño, supermercados nocturnos, pubs, bares… todos juntos y uno al lado del otro. Las estrechas aceras están llenas de mesas, sillas, bancos y personas. El barrio alrededor de Oranienstraße en Kreuzberg es legendario. Antiguamente era una de las zonas de fiesta más salvajes de Berlín. Para muchos, hoy en día, Kreuzberg 36 sigue siendo un nombre familiar, formado por el nombre del barrio Kreuzberg y el código postal antiguo 36 de la zona comprendida entre Kottbusser y Schlesisches Tor.