A primera vista, con su impresionante bagaje cultural, Berlín parecería anti-niños, pero este es un recuento de lo poco que pudimos visitar y lo mucho que hay por hacer con niños en esta ciudad.
Berlín es una de esas ciudades que, en mi recuento de viajes, parece una asignatura pendiente. La primera vez que fui, me fue imposible conocer la ciudad y esta tarea quedó postergada para un futuro indefinido. La guía, comprada apresuradamente en el aeropuerto se quedó, nueva, adornando la biblioteca. Este año, el turno le llegó a mi esposo y fue él quien tuvo que programar un viaje a Berlín. Con la complicidad de los niños, lo convencimos de invitarnos a pasar el fin de semana en Berlín.
EL MARATÓNICO PRIMER DIA
Nuestro maravilloso fin de semana empezó muy temprano en la Puerta de Brandenburg, por ser el monumento insigne de Berlín. Hacía mucho frío y para calentarnos decidimos desayunar en un café cercano. La bollería berlinesa debería tener un capítulo aparte porque está de muerte. Nos pusimos morados de bocadillos, croissants y pastelitos pasados con chocolate caliente. Como si estuviéramos planeando una campaña militar, decidimos qué sitios visitar y cuáles dejar fuera ya que contábamos con poco tiempo y queríamos que todos estuvieran contentos.
Nos fuimos caminando hasta el Reichstag que está a pocos pasos de la Puerta de Brandenburg. El edificio es magnífico, aunque decidimos no entrar por la larga cola. Seguidamente, tomamos un tour por la ciudad para ver rápidamente los sitios más destacados. Este tour, sin descender del autobús, toma aproximadamente dos horas además, es posible bajar y subir en las paradas señaladas, lo cual es muy conveniente si se cuenta con poco tiempo.
Kurfürstendamm, mejor conocida por los berlineses como Ku’Damm, la calle comercial más visitada de la ciudad fue el primer descenso. El corto paseo nos llevó al Kaiser-Wilhelm Gedächtnis-Kirche, una torre de estilo románico destruida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial. Ku’Damm desemboca en Tauntzienstrasse, donde se encuentra la gran tienda KaDeWe con un impresionante surtido de mercancía.
Ya pasado el mediodía tomamos el autobús que nos dejó en Postdamer Platz, uno de los sitios más modernos del mundo. Aquí comimos en uno de los restaurantes que se encuentra bajo la gran cúpula que representa el Monte Fuji en el Sony Center, la sede europea de la Sony. Una de las cosas que más nos gustó, es que los restaurantes y cafés cuentan con calentadores en las terrazas además de mantitas rojas en las sillas para los comensales, así es un gusto comer fuera. Además a tiro de piedra hay tiendas, el Museo de Cinematografía Alemana, salas de cine IMAX y un montón de cosas más.
Los niños a duras penas probaron bocado, no porque la comida no fuera adecuada, sino por la impaciencia de llegar pronto a la última parada del día: Legoland Discovery Centre, allí mismo en Postdamer Platz. No bien pagamos la cuenta, corrieron emocionados hacia la gran jirafa construida con bloques de Lego que guarda la entrada. En la recepción nos recibe Einstein y como el Halloween se acercaba tenía arañas por toda la cara. Honestamente, no sé quién se divirtió más, si los niños o nosotros. Fue el final perfecto para nuestro primer gran día.
UN DÍA 2 MAS RELAJADO
Ya sin el beneficio del turibús tomamos el U-Bahn o metro que nos dejó en la estación Zinnowitzer Strasse cerca al Museo de Historia Natural en la calle Invaliden, allí nos esperaban los dinosaurios. Lo que más emocionó a los pequeños fue, obviamente, el Mundo de los Dinosaurios. La pieza de resistencia es el Brachiosaurus Brancai, el esqueleto más grande de dinosaurio jamás montado. La colección la conforman cinco esqueletos e incontables fósiles Los niños no se decidían por el que más les gustaba y no paraban de correr de un lado a otro, compartiendo su extenso conocimiento con sus admirados padres. “Esto es un estegosaurio, mami, pero no, porque tiene espinas en la cola” me dijo el mayor. El animalito efectivamente era de la familia pero se llama kentrosaurio. Nuestra visita terminó fuera de este mundo, en la sala Cosmos y Sistema Solar que nos enseñó sobre el origen de los planetas
Después de comer en los alrededores de Alexanderplatz, subimos a la torre de televisión para tener una vista panorámica de la ciudad. La última visita del día fue muy cerca de ahí, Kindercity en el centro comercial Alexa, donde los niños se divirtieron muchísimo pretendiendo ser mecánicos de alto nivel en el taller y cocineros.
Para celebrar nuestra última noche en Berlín nos fuimos a cenar a un excelente restaurante italiano en Ku’Damm. La comida italiana es excelente en Berlín por la gran cantidad de inmigrantes italianos a Alemania.
DOMINGO, NOS DESPEDIMOS DE BERLÍN
Antes de emprender el regreso decidimos hacernos un último regalo, una visita al Sea Life y su maravilloso AquaDom. Después de recorrer los diferentes escenarios del acuario, desembocamos en el AquaDom el acuario cilíndrico más grande del mundo. Para llenarlo se requirieron más de 900,000 litros de agua salada para albergar unos 2,600 peces de 56 especies. Un elevador central lo recorre para que los visitantes puedan ver esta maravilla tecnológica. Todavía viendo el mundo azul, nos dirigimos a la estación Alexanderplatz para tomar nuestro tren al aeropuerto.
En el mapa hay muchos sitios para visitar y muchos kilómetros pendientes de recorrer. Cada ciudad engloba un mundo diferente pero estamos convencidos que Berlín, tan cercana, es una ciudad que visitaremos nuevamente en un futuro no muy lejano
Berlin Welcome Card
Para moverse a buen precio por la ciudad, nada mejor que esta tarjeta válida por 48 o 72 horas. Se adquieren en las Berlin Infostores, hoteles y estaciones y dan acceso a toda la red de transporte público de la ciudad. La de 72 horas, a un precio de 24.50EUR, es válidas para un adulto, un máximo de tres niños entre los 6 y 13 años y además cubre las zonas ABC de Berlín. Las tarjetas incluyen una guía de bolsillo y las empresas asociadas ofrecen importantes descuentos y promociones. Es importante validar la tarjeta la primera vez que se utiliza en las máquinas localizadas en las estaciones de metro o trenes urbanos.
Otras actividades con niños
Labyrinth Kindermuseum: Ofrece exposiciones interactivas ideales para niños en edad pre-escolar
Puppentheatermuseum: En el museo de marionetas los niños pueden ser directores de sus propias representaciones
Zoologischer Garten: Uno de los más grandes de Europa, alberga unas 1,500 especies, es un paseo obligado en verano
Tours acuáticos: Diferentes compañías ofrecen recorridos por el río Spree con una duración media de 2 horas.
Kids Tour Berlin: Tours exclusivos para niños sin padres. Ofrecen programas acorde a las edades de sus pequeños clientes.