Cuando en un mapa de Europa se sitúa visualmente a los Países Bajos, siempre tomamos como referencia esa pequeña península que está encima de Alemania. Copenhague está en una de las islas de al lado, las cuales se unen entre sí y con la península de Jutlandia por gigantescos puentes. Este dato nos permite planificar y alquilar un coche para ver el resto.
Aunque existe cierta confusión con el término, cuando hablamos de Países Bajos, nos referimos a Benelux, y no solo a holanda. Hemos querido mantener esta denominación por ser la más popular en nuestro país, a nuestro juicio.
Holanda
Hay destinos turísticos en algunos países que fagocitan al resto de sitios interesantes que hay en dicho país. No es inusual que en las guías viajes o las revistas, esos destinos acaparen casi todo el espacio. Ciudades como Budapest, París, Estambul o Ámsterdam eclipsan al resto de destinos que se deberían visitar en sus respectivos países.
En Viajar con Hijos, aunque no estamos de acuerdo con esta simplificación, también hemos cometido este “pecado”. Hace algún tiempo publicamos un reportaje de Ámsterdam, y no hicimos referencia al resto. Es por ello que esperamos redimirnos.
Cuándo ir
Nosotros hemos estado en distintas épocas del año. Y aunque es cierto que todo está pensado y preparado para hacer frente a las inclemencias meteorológicas, sin lugar a dudas, la mejor época es primavera-verano. Yendo en invierno, lo que llegaremos a apreciar es lo que debieron de padecer los compañeros del capitán Alatriste.
Porque si con ropa de última generación, zapatos con gore-tex, en coches con calefacción y toda la parafernalia, el invierno holandés es un dolor, los tercios viejos tuvieron que pasarlo bastante mal.
Cuando se termina el invierno holandés, el campo se llena de color, y lo que antes era todo gris y húmedo, se convierte en un cuento de Heidi, pero en plano. De todas formas, no hay que descuidarse con la indumentaria, porque las lluvias pueden aparecer y dejarnos hechos una sopa.
Comer en Holanda
Para qué vamos a engañarnos. Y tampoco es cuestión de andarnos con paños calientes. Se puede comer medio bien, pero hay que preparar el bolsillo, porque es caro. En Ámsterdam, es más caro que en el resto. Pero, además, si no estamos dispuestos a gastarnos el dinero que vale comer, las opciones para que sea comible, son únicamente las grandes franquicias internacionales de comida rápida. También podemos comer en restaurantes étnicos, pero aquí es aventurarnos en territorio desconocido.
En las pequeñas ciudades sí es más factible encontrar restaurantes típicos en los que hay comida holandesa de calidad a unos precios medio correctos. Sin lugar a dudas, mis favoritos son los platos a base de quesos. Los desayunos con la magnífica mantequilla y los sempiternos quesos, son muy buenos.
Como español, una de las cosas que más coraje me dio, fue la dificultad que hay para encontrar vinos españoles. En su lugar, había un surtido de vinos de las procedencias más variopintas. En los pocos sitios donde había vinos españoles, el precio era bastante caro. Así que los aficionados al vino, casi mejor, en los viajes a Holanda, nos hacemos “cerveceros”.
Cruceros fluviales
Aunque las comunicaciones por tren y carretera son inmejorables en Holanda, la opción del crucero fluvial es muy atractiva. Los canales permiten una navegación muy tranquila, y además, muchos de estos cruceros permiten conocer también algunas partes de Bélgica.
Para los que no sean amantes de lo náutico o teman marearse, hay que puntualizar que el movimiento es mínimo, y que el tiempo de navegación es menor que en los cruceros marítimos.
Hay cruceros de más o menos duración. Podemos escoger versiones cortas de cuatro noches o las más largas, que pueden llegar a durar ocho noches, e incluso con extensiones a otras ciudades.
Las comidas suelen ser tipo bufé internacional, fácilmente adaptables al gusto infantil, y las actividades, aunque menores que en los grandes cruceros marítimos, pueden ayudar a pasar unas buenas vacaciones y atenuar el tiempo de espera para poder acometer las excursiones.
Llegar a Holanda
Se podría decir que todos los caminos conducen a Holanda. Se puede llegar de múltiples formas, y todas cómodas y fáciles.
En avión, múltiples compañías vuelan al aeropuerto de Ámsterdam. Que además es de los más cómodos para los viajeros. Aunque también es de los más caros si queremos comer algo. También es una buena opción volar a Bruselas y allí coger un coche para ver los dos países, Holanda y Bélgica.
Por tierra, se puede ir por las magníficas carreteras o en cómodos trenes. Y en ambas soluciones podemos conocer el país. El transporte ferroviario holandés creo que es de lo mejor que he visto nunca.
Aparte de los cruceros fluviales, de los que ya hemos hablado, los puertos holandeses también suelen recibir los clásicos cruceros marítimos. Aunque es una buena opción para conocer algunas ciudades, no nos permitiría disfrutar del interior.
Las bicicletas
Pasear en bicicleta por Holanda puede ser un placer. O no. Todo depende de por dónde vayamos. En las ciudades, y especialmente en Ámsterdam, la gente usa las bicis para ir a trabajar y hacer obligaciones. Con lo que no están “paseando”, están usándolas como medio de transporte. Así que no esperemos demasiada amabilidad si vamos paseando tranquilamente con nuestros hijos y somos un poco “estorbos”.
Fuera de las ciudades, aunque también las usan para ir a trabajar, como se sufre menos el estrés, resulta más apacible montar en bici. Al ser un país prácticamente llano, podremos recorrer buenas distancias sin demasiado esfuerzo. Para los “puristas” a los que nos gustan las clásicas bicis de carrera, con las ruedas finas, en vez de los mazacotes actuales de montaña, Holanda puede llegar a ser lo más parecido al paraíso. Es como si Ciudad Real tuviera miles de carriles bici.
Para la mentalidad española, eso de dejar la bici fuera, solamente atada con un pequeño candado, puede resultar extraño. Pero en Holanda lo hacen. Yo me llevé un candado y una cadena más fuerte, porque soy demasiado previsor. Pero si tenemos en casa, no está de más llevarlo.
El mar
Aunque parezca mentira, también hay playas en Holanda. Después de intentar bañarme, entendí perfectamente por qué los holandeses vienen a España en noviembre y se bañan tan tranquilos.
Suvenires subidos de tono
En las tiendas de suvenires para turistas normales, es mejor no entrar con niños. Es habitual encontrar artículos semipornográficos. Con la excusa de la permisividad tradicional holandesa, es usual encontrar imágenes explícitas, tanto masculinas como femeninas. Las referencias a la marihuana son también constantes, pero esto es similar a España.
Alojamientos alternativos
Holanda es un paraíso para los aficionados al camping y las cabañitas. Si le juntamos que en bici se puede ir a casi cualquier sitio, esta forma de alojamiento es una buena alternativa. Porque, además, poder disponer de una cocina nos ahorrará bastante dinero.
De utilidad
Idioma: El idioma oficial es el neerlandés, lengua de origen germánico. Existen otros dialectos, como el flamenco.
Moneda: Holanda pertenece a la eurozona, así que se trabaja con el Euro.
Requisitos de entrada: Para los españoles, es necesario ir provisto del carnet de identidad (DNI) en regla. Desde otros países, consulta a la embajada de los Países Bajos en su país. En cualquier caso, no se puede permanecer más de 3 meses.
Tarjetas de crédito: Se puede sacar dinero de un cajero automático con la tarjeta española, a condición de que la tarjeta tenga el logotipo de Cirrus o con cualquier tarjeta de crédito (como Visa o Amex). Es mejor consultar con el banco para mayor seguridad.
Cómo me pueden llamar desde España: Marca el prefijo 0031 (el código de Holanda), y después el prefijo de la zona (no se marca el primer 0, incluido los móviles) y el número local. Algunos prefijos importantes: Ámsterdam: (0)20, Rótterdam: (0)10 , Utrecht: (0)30 , Maastricht: (0)43 , La Haya: (0)70.
Indumentaria: Un impermeable siempre es necesario. Ropa de abrigo en invierno, ya que la temperatura media en estos meses es de 2 grados.