Una escapada de camping es una invitación a detener el tiempo y volver a esa sensación de estar donde queremos estar. A pisar la hierba cada mañana, disfrutar del café como nunca o perder la noción del tiempo. Así podemos sentirlo en los Campings de Tarragona. No sólo por la calidad de sus recintos, que podrían definirse como verdaderos oasis en plena naturaleza, sino sobre todo, por su energía.
Un viaje de regreso al pueblo
Algunos dicen que pasar unos días de camping nos provoca un déjà vu a las vacaciones en el pueblo de nuestra niñez. A ese lugar donde cada día era verano, nos reencontrábamos con los de siempre, olvidábamos cualquier tipo de horario y desconectábamos de todo, menos de la naturaleza.
También hay quien dice que una simple escapada de camping viene cargada de extraordinarios beneficios como un aumento de la confianza y autoestima, mayor socialización y sensibilización con el medio ambiente. Y otros, simplemente, dicen que el camping es el nuevo -aunque de toda la vida- turismo familiar.
Ya sea por dos noches, una semana o el verano entero, una escapada a estos campings nos ayuda a conectar con nuestra familia y con nosotros mismos de una forma natural, permitiendo a nuestros hijos vivir hoy en día y tal como los mayores lo hicimos toda la vida.
Y quizás por ello, de alguna forma es como viajar de vuelta al pueblo. A esa sensación de andar tanto tiempo descalzos hasta olvidar dónde hemos dejado los zapatos. De hacernos amigos de nuestros recién llegados vecinos y celebrarlo con un concurso de paellas o un reñidísimo campeonato de cartas. De alejarnos de forma innata de las pantallas y jugar nuestro aire con el mismo entusiasmo, como si de un campamento de verano se tratara. Y, además, de enseñar a nuestros hijos valores tan necesarios como el respeto, la sostenibilidad y la belleza de la convivencia.
Tarragona, paraíso prometido para toda familia
Localizados en las regiones de Costa Daurada y Terres de l’Ebre, los campings se encuentran en medio de la belleza más virgen de la provincia de Tarragona, justo en la ubicación perfecta para disfrutar un gran abanico de ocio, aventura, relax y gastronomía.
Desde allí podremos desplazarnos a las playas más bonitas de Salou, certificada como el primer destino de Turismo familiar de Cataluña; o disfrutar de Cambrils, popularmente conocida como capital gastronómica de la región con sus más de 150 establecimientos, dos de ellos con Estrella Michelin.
Quizás nos apetezca más salir a recorrer el bello paseo marítimo de Vila-seca la Pineda, certificado con bandera azul por la Fundación Europea de Educación Ambiental; o bien, explorar las maravillas históricas de las torres medievales de l’Aldea, descubrir la riqueza de la Ruta del Císter, divertirnos haciendo kayak, golf, senderismo y buceo o apostar por el favorito de los pequeños: una visita a al emblemático parque de PortAventura.
Independientemente del plan que elijamos, los Campings de Tarragona nos invitan a cambiar los coches por unas bicis, o dar un paseo para bajar a la playa o subir al monte. Y cuando sólo nos apetezca relajarnos, cualquiera de sus localizaciones será perfecta para entregarnos a descubrir la gastronomía mediterránea más exquisita acompañada de la mejor tradición vitivinícola de la zona.
Una opción para cada campista
Otro de los puntos a destacar de Los Campings de Tarragona es la flexibilidad que ofrecen sus diferentes opciones de alojamiento. Ya seas de los que no tienen problema en subir a la caravana con la familia entera, o de los que prefieren la comodidad de un bonito apartamento equipado con todo lo esencial para disfrutar, estos campings te permiten elegir tu opción de alojamiento preferido para aterrizar directamente en tu parcela o guiarte hasta la puerta de tu propio bungalow.
Y sea cual sea la opción que elijas, te encontrarás con un modelo de turismo familiar donde todo está pensado para disfrutar. Y es que, en contraposición al imaginario colectivo de la experiencia campista, los Campings de Tarragona nos permiten disfrutar de unas vacaciones de verdad gracias a la seguridad de que los más pequeños jugarán en libertad, a la tranquilidad para descansar cuando (y cuanto) nos apetezca, a renunciar a todo tipo de itinerario turístico, a las barbacoas improvisadas con nuestros nuevos vecinos o incluso al torneo de futbito para niños, y frecuentemente, no tan niños.
Una oportunidad única para transmitir valores desde la vertiente más consciente y ecológica, y convivir con otras personas desde un auténtico sentimiento de comunidad. Y como cuando íbamos al pueblo, gozar de esa flexibilidad para organizarnos sin horarios. Sin tener que pagar por todo. Y con la misma sensación de estar viviendo, simplemente, experiencias para toda la vida.
Por todo ello, celebramos el modelo de los Campings de Tarragona. Porque ante una tendencia de viajar cada vez con más prisas, de forma globalizada y poco sostenible, esta alternativa nos propone conectar con nuestra familia en un entorno natural, tranquilo y libre. Y sobre todo, disfrutar de la sencilla belleza de unas vacaciones en la naturaleza tal y como lo hacíamos nosotros en su día.
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