La marca Costa del Sol se asocia al turismo de sol y playa, y hasta hace no mucho eran desconocidas otras propuestas igual de atractivas. Hablamos del turismo de interior, que ha ganado aquí tanta fuerza que es ya un motivo de afluencia por sí mismo. Queremos descubriros una Málaga explosiva en paisajes verdes, con su naturaleza escarpada, sus misteriosos y laberínticos pueblos blancos y sus enormes posibilidades para el turismo activo.
La Costa del Sol sorprende siempre porque rompe estereotipos y nos descubre paisajes inesperados. Sus calles, su patrimonio artístico y su gastronomía son otros valores que nos ayudarán a conocer una provincia que invita a recorrerla sin prisas, saboreando cada momento y con muchas actividades para hacer en familia.
Con 325 días de sol al año y una agradable temperatura media anual en torno a los 20ºC es fácil ser activo y a disfrutar al aire libre. Parques, reservas y parajes naturales, reservas de la biosfera, parques periurbanos, monumentos naturales y así hasta casi 30 espacios protegidos diferentes hacen de la Costa del Sol el destino ideal para nuestras vacaciones.
Propuestas activas
La oferta de ocio disponible va desde las rutas en bicicleta por paisajes singulares al montañismo, pasando por el vuelo en parapente, el paintball, el barranquismo y los paseos en globo o a caballo. Actividades que se suman a la tradicional pesca en ríos y embalses; la caza en las sierras; la observación de la fauna y la flora autóctonas; la escalada o la práctica de la espeleología.
Surcar sus cristalinos ríos y sus embalses de mansas aguas o recorrer los senderos de sus verdes montes es un auténtico placer y un reto para los apasionados del turismo activo.
Si te enamora el rafting o te gusta el piragüismo, en la Costa del Sol te esperan ríos cuyo cauce pide a gritos que los recorras. Si lo tuyo es el descenso de cañones, el montañismo, la espeleología o la escalada, sus simas recónditas y sus estrechos cañones son el reto que andabas buscando.
Navega entre aguas bravas, explora las entrañas de la tierra, vuela en parapente o en globo, recorre los bosques a caballo, desciende barrancos recónditos, rema en los embalses, caza, pesca…. Las posibilidades son casi infinitas. Tan sólo debes dejarte seducir por la energía desbordada de la Costa del Sol verde, interior y activa.
Paisajes que asombran
Ronda y la Serranía congregan gran parte de la belleza malagueña. Ha sido protagonista de nuestra literatura durante siglos, e incluso fue elegida para representar la televisiva futura ciudad de Dorne en la exitosa serie Juego de Tronos.
Desde Ronda podemos realizar una bonita ruta de 80 kilómetros por el interior de la provincia que nos llevara a Castella de la Frontera atravesando algunos de los pueblos blancos de las tierras altas de Málaga, donde observaremos con fascinación la impronta árabe de sus castillos y fortalezas. Entre otros, los pueblos a visitar son Atajate, Gaucin, Jimena de la Frontera o Casares.
El asombroso Tajo que divide la capital de la comarca de Ronda y los vestigios neolíticos más importantes del Sur de Europa, los dólmenes de Antequera, siempre fascinan. En la misma zona, no debemos perdernos los Paisajes kársticos del Torcal, cuyas asombrosas figuras se elevan al cielo desafiando las leyes de la gravedad. Los reductos de bosques de pinsapos, reliquias botánicas de la era glacial, nos trasportarán a otro mundo.
Los Montes y la Hoya constituyen otro de los grandes espacios de la provincia. La autovía que une Antequera y Málaga atraviesa Los Montes, un ecosistema con abundante tejido vegetal de repoblación y prolija vida natural. Resulta mucho más atractivo tomar el antiguo Camino Real, entre Colmenar y Málaga. Es formidable el descenso por la serpenteante carretera mientras se descubre el abrupto perfil de Málaga que permite bajar desde esa altitud de partida en torno a los 1.000 metros sobre el mar hasta llegar al rutilante Mediterráneo.
La Axarquía nos depara el más auténtico ambiente rural de Málaga, con un estilo alejado de los grandes centros turísticos y más próximo a la tradición andaluza. Situada en la parte más oriental de la provincia, es la comarca malagueña que abarca un mayor número de municipios. A modo de arco protector se conforma, de norte a noreste, las unidades montañosas formadas por las Sierras de Jobo, Co, Camarolos, Prieta, del Rey, Enmedio, Alhama, y sobre todo la de Tejeda y Almijara, recientemente declaradas como Parque Natural.
Es un territorio con un enorme potencial de recursos de gran interés turístico. La diversidad y cercanía entre sus pueblos son un referente donde el visitante podrá encontrar grandes espacios naturales de sierra, montes, laderas, tajos y extensas playas, así como disfrutar de una oferta gastronómica autóctona o de un magnífico patrimonio artístico.
Sus pueblos conforman lugares pintorescos que han sabido guardar, en un paraje de luz y color, la belleza de sus calles y plazas, sus monumentos y fiestas populares, y que, en unión con sus características medioambientales y climatológicas, invitan a ser visitados.
Un camino de vértigo
Si hay un hito que distingue a la Costa del Sol de cualquier otro destino verde, de interior y activo del resto del mundo, ése es el Caminito del Rey.
El Desfiladero de los Gaitanes es uno de los parajes naturales más sorprendentes de la provincia de Málaga y esconde esta joya paisajística única, reabierta al público en marzo de 2015, tras un complejo y espectacular proceso de rehabilitación. Este recorrido ganó popularidad en los últimos años porque se granjeó la fama del más peligroso del mundo, y aunque su acceso estaba prohibido algunos excursionistas desafiaban las normas y se adentraban por sus maltrechas pasarelas. Gracias a la rehabilitación, hoy es totalmente seguro y nos permite vivir las emociones de las alturas y los puentes colgantes sin ningún peligro.
Este increíble recorrido data de principios del siglo XX y se construyó para ayudar a transportar el material de los empleados que trabajaban en la presa del Conde del Guadalhorce. Su nombre popular Caminito del Rey le viene de la visita que el rey Alfonso XIII realizó al camino en 1921.
El resultado de esas obras originarias y de la rehabilitación posterior no es otro que una asombrosa ruta de casi 8 kilómetros que abarca cuatro municipios del interior de la provincia, con más de un kilómetro de sendero forestal y 1,5 kilómetros de pasarelas.
Para recorrerlo en su totalidad necesitarás de 4 a 5 horas. Un paseo que merece la pena desde el primer al último kilómetro porque sus increíbles y únicas vistas satisfacen las expectativas de cualquier visitante. Atrévete a descubrir por ti mismo, por qué su puente colgante a 100 metros sobre el río es uno de sus tramos más excitantes del mundo.
En la mesa
La oferta gastronómica de la cocina malagueña tradicional, sencilla en sus ingredientes y rica en platos, constituye otro de los grandes atractivos de la oferta turística de la Costa del Sol.
Hablamos de una cocina capaz de enamorar a los paladares más exigentes, exponente de la internacionalmente reconocida dieta mediterránea y con un protagonista indiscutible: el aceite de oliva.
Nuestro recorrido gastronómico por el interior de la provincia empieza por el popular gazpacho andaluz o la porra antequerana. Aunque hay otra sopa fría menos conocida, pero típicamente malagueña, el ajoblanco, que hace las delicias de quienes la prueban por primera vez.
Dignos de mención son también la olla o las migas, tan características de las zonas rurales, ya que en el interior de la Costa del Sol los platos principales giran en muchas ocasiones en torno a las carnes.
En casi cualquier municipio de Málaga también podrás encontrar típicas ventas (restaurantes rurales y de montaña), donde degustar un característico plato de los montes. En esta zona es característico también un arroz especiado que se sirve en cazuela de barro y que siempre invita a repetir.
En cuanto a los postres, la Costa del Sol ofrece frutas de renombre, como la típica y dulce uva moscatel y dulces excepcionales. La repostería malagueña adquiere nombre propio en aquellas poblaciones donde los conventos de religiosas conservan la tradición local y siguen elaborando artesanalmente dulces como mantecados, alfajores o roscos de vino, según recetas centenarias.
Dentro de la oferta gastronómica de la Costa del Sol debemos detenernos también en el apartado de vinos. Seis son las zonas de producción vinícola de la provincia y su caldo más característico es el inconfundible vino dulce de Málaga, al que los árabes llamaron ‘charab al malaquí’ (jarabe de Málaga).
Los vinos dulces tradicionales se suman a una amplia y variada oferta de blancos, tintos y rosados. Caldos de alta calidad envasados a medida de los gourmets, que han obtenido un amplio reconocimiento internacional. Es por ello, que uno de los atractivos turísticos de la Málaga verde y de interior es su creciente oferta de bodegas dispuestas a ofrecer al viajero todo el poder de sus vinos y su historia.
La Gran Senda
La Gran Senda de Málaga resume en gran medida el espíritu verde y activo de la provincia.
Esta ruta pionera reúne toda la riqueza territorial y ambiental de la Costa del Sol y constituye un punto de encuentro entre el medio ambiente, el deporte y el turismo sostenible.
La Gran Senda traza un recorrido de 360 grados por la provincia, discurre por cuatro parques naturales, dos reservas y tres parajes naturales de incalculable belleza y valor ecológico. Sus rutas son lugares para perderte y disfrutar así del exclusivo encanto de la Costa del Sol más natural.
Si eres amante del turismo al aire libre, la Gran Senda te ofrece 650 kilómetros de caminos y 35 etapas de distintos niveles de dificultad. Tanto si pretendes dar un paseo, como poner a prueba tu resistencia, la Gran Senda es tu destino. Cuerpo, mente y emoción. Ése es el espíritu que alimenta estos caminos trazados entre el mar y las montañas de la Costa del Sol.
Y si estás enamorado del azul Mediterráneo, la Gran Senda te ofrece una vertiente litoral imprescindible. La Gran Senda Litoral está llamada a unir 180 kilómetros de costa y 14 municipios litorales de la Costa del Sol. Pasarelas de madera y hermosos recorridos junto a las playas te permiten disfrutar del calor del sol, la brisa del mar y los inigualables paisajes costeros de una provincia única.