Muy cerca de Barcelona, y a las puertas de los Pirineos, descubrimos la Vall d’en Bas, un lugar encantador, donde llanura y montaña conviven en armonía. Gracias a las mejoras de las comunicaciones es hoy un núcleo turístico, aunque preserva todas sus señas de identidad. Nos sorprenderán estas vacaciones.
Nada más llegar a la Vall d’en Bas nos damos cuenta de que este es un destino ideal para el turismo familiar, y así parece concebido. El valle, de 2880 habitantes, pertenece a la comarca de la Garrotxa, puerta de entrada de los Pirineos. La actividad volcánica en esta comarca, junto con los terremotos sufridos, han configurado un paisaje característico, de contrastes abruptos de una belleza singular.
El entorno es un regalo de la naturaleza. El valle está bordeado por ríos, cascadas de agua y campos de cultivo siempre diferentes de un extremo al otro. El paisaje urbano es igualmente atractivo. La zona está configurada por siete pueblos: Sant Esteve d’en Bas, Els Hostalets d’en Bas, Joanetes, Puigpardines, El Mallol, Sant Privat d’en Bas y la Pinya.
Esta era una zona cerrada y algo aislada, pero hoy está muy cerca de los principales núcelos de población. Se encuentra a tan solo 100 kilómetros del aeropuerto de Barcelona y a 54 de Girona. Todo gracias a las infraestructuras vitales, como el segundo túnel más largo de Europa, que atraviesa estas tierras. Y si queremos costa, a 70 kilómetros tenemos el mar.
Senderismo en familia
Ya hemos comentado que este es un lugar para visitar en familia, y enseguida comprobamos que las posibilidades en este sentido son inmensas. Podemos, por ejemplo, hacer senderismo para descubrir la naturaleza del lugar. Tendremos, eso sí, que elegir adecuadamente según nuestras posibilidades. Subir al Puigsacalm, según la ruta escogida, no es tarea fácil, pero sí lo es realizar un paseo entre los pueblos de Sant Esteve d’en Bas y els Hostalets. entraremos en frondosos hayedos centenarios, nos podremos bañar en gargantas siempre frescas y relajantes en verano y disfrutaremos de la tranquilidad del cantar de un pájaro.
En bicicleta
Una forma muy amena de recorrer el valle es paseando en bicicleta. Es una actividad relajada y gratificantes para toda la familia. Aquí tenemos una oportunidad perfecta, gracias a la Vía Verde, que comunica Olot con la ciudad de Girona. Son 54 kilómetros, de los cuales 15 se adentran en el valle. El camino se ramifica en diferentes puntos, lo que nos da la posibilidad de visitar lugares y paisajes distintos.
Podemos también recorrer los pueblos en bicicleta, porque todos ellos están comunicados perfectamente por carreteras secundarias pavimentadas, fácilmente transitables en este medio. Y los más enérgicos, tienen aquí también su oportunidad. Subidas duras y bajadas por trialeras permiten la práctica del BTT.
Un poco de cultura
Otro de los principales atractivos de la Vall d’en Bas es su patrimonio cultural e histórico. La Vall d’en Bas fue un antiguo vizcondado, con gran influencia en la Catalunya medieval. En sus
tierras se levantaron les “Siervos de Gleba”, “Pagesos de Remença”en catalán, quienes consiguieron, derramando mucha sangre, la abolición absoluta de los llamados “malos usos”, los
impuestos que los campesinos pagaban a los señores feudales. El pueblo medieval del Mallol, declarado de interés histórico artístico, fue uno de los testimonios de esta dura guerra. Visitarlo
con un guía, así como su prisión medieval, nos traslada otra vez a aquellos tiempos tan duros para la mayoría.
Experiencia gastronómica
Esta es una tierra que ha dedicado esfuerzos, desde tiempos ancestrales, a la agricultura y ganadería. La experiencia acumulada sirven ahora para que todos podamos disfrutar de una gastronomía de primera calidad. El cerdo a través de los embutidos, o cocinado del mil maneras diferentes, está presente en muchos de los platos. La ternera está también muy presente en los menús, así como la judías blancas, la patata, los nabos, el alforfón o el trigo sarraceno. La Vall d’en Bas, cuenta con una marca propia de cocina, conocida como La Cuina Remença.
Alojamientos rurales
Disfrutaremos al máximo de lo que la Vall d’en Bas tiene que ofrecernos si hacemos uso de sus alojamientos rurales. Este es el tipo de turismo más extendido aquí, y cuentan con más de 600 plazas repartidas por los siete pueblos. Estaremos tan cómodos como en casa y con una muy buena relación calidad-precio.
Existe también la posibilidad de alojarse en hostales, alquilar toda una casa, casas de colonias, un albergue municipal y un hotel de cuatro estrellas. Para los amantes de los camping, el municipio de Les Preses, ubicado geográficamente dentro del propio valle, ofrece también esta posibilidad.
Actividades para elegir
En el valle hay una gran cantidad de propuestas para que tengamos una vacaciones muy movidas a base de actividades a cuál más divertida. Rutas turísticas con guía profesional en trenecito, rutas a caballo, en carruajes, visitas a granjas y a artesanos locales…
Y no olvidemos una propuesta muy original, las visitas guiadas a la carta, donde los visitantes escogemos qué queremos visitar, cuándo queremos visitarlo, a qué hora y cuánto queremos que dure. Con la visitas guiadas a la carta, los guías están nuestra disposición.
Se pueden consultar todas estas actividades y más en www.vallbas.cat o, para recibir más información, llamando al 972 690225.