El otoño en la Comunitat Valenciana es amable. Con una temperatura media de unos veinte grados, invita a disfrutar de sus playas, de sus paisajes, de su gastronomía y por qué no, de sus castillos.
Emprender una ruta por sus fortalezas puede ser un plan perfecto para toda la familia. Y es que, lo largo de la historia, en el territorio valenciano se han sucedido un sinfín de batallas que han hecho que la Comunitat esté salpicada de construcciones defensivas que conforman un rico patrimonio y dan pie a infinidad de historias y leyendas.
Es sabido que a los niños les fascinan lo castillos. Su imaginación se desata solo con verlos. Recorrer sus torreones, asomarse por sus troneras, contarles historias, imaginar batallas mientras disfrutamos de unas vitas privilegiadas al mar o a los valles y pueblos de interior se convierte así en una experiencia fabulosa.
Fortificación imponente
Arrancamos nuestra ruta en la provincia de Castellón, visitando el castillo de Peñíscola, una imponente fortificación junto al mar que invita a sumergirse en la historia de los templarios. Entre la playa y la sierra de Irta, este castillo de estilo románico se encuentra en perfecto estado de conservación. Su visita invita a imaginar leyendas sobre la orden de los caballeros templarios, como la que cuenta que un empobrecido Felipe IV, rey de Francia, quiso desmantelar la Orden del Temple para apropiarse de sus riquezas. Ante la amenaza, los templarios de París conectaron con la orden de Peñíscola para enviar hasta aquí un barco cargado con cofres de piedras preciosas. Nadie sabe qué fue de aquel tesoro, pero dice la leyenda que aún permanece escondido en algún rincón castillo.
Pero sin duda la época más importante del castillo se vivió con Benedicto XIII, el Papa Luna, que lo hizo famoso y lo convirtió en sede pontificia. Como curiosidad, señalar que recientemente se rodaron allí algunas escenas de la serie Juego de tronos.
Nos adentramos en el interior
Seguimos viaje y nos adentramos hacia el interior de Castellón, con parada obligatoria en Morella, una hermosa población donde íberos, celtas, griegos, romanos, cartagineses y árabes dejaron su huella. Erigida a los pies de su castillo y rodeada por una recia muralla, sus calles porticadas, sus casas solariegas y su rico patrimonio han sido declarados Conjunto Histórico Artístico. La fortaleza fue construida aprovechando la roca natural, y se convirtió en un lugar estratégico de primer orden desde el que dominar todo un océano de montañas.
Una provincia con mucha historia
Nos dirigimos ahora hacia la provincia de Valencia, donde encontramos la ciudad bimilenaria de Sagunto, un destino con mucha historia, con un teatro romano que es una de las joyas indiscutibles de la cultura romana en España y un castillo que fue declarado Monumento Nacional en 1931. Junto al Castillo encontramos monumentos que son testimonio de las ricas civilizaciones que pasaron por este territorio, como el Circo Romano, que tenía una capacidad para unos 20.000 espectadores o el Teatro Romano de Sagunto.
Bien de Interés Cultural
Seguimos nuestra ruta hacia el castillo de Xátiva, Bien de Interés Cultural, y una de las fortalezas más impresionantes de toda la provincia. Un derroche de belleza en medio de un paisaje de naranjos. Escenario de grandes batallas en el pasado, tras la conquista del rey Jaume I, el castillo se convirtió en la principal fortaleza del Reino de Valencia ante el Reino de Castilla.
Hoy la paz y el silencio inundan sus rincones. La fortaleza, de imponentes murallas, está dividida en dos: el Castillo Menor, asentado sobre los restos íberos y romanos. el Castillo Mayor, la parte más amplia y mejor conservada.
De origen musulmán
Y siguiendo nuestra ruta ya en la provincia de Alicante, llegamos hasta Biar y su impresionante castillo de origen musulmán, construido en el s. XII, donde pueden apreciarse los restos de la antigua muralla y de las torres medievales, mientras se disfruta de unas maravillosas vistas. Destaca la torre homenaje en uno de los laterales, en buen estado de conservación, y los aljibes destinados a conservar el agua de lluvia. A 650 metros sobre el nivel del mar, Biar fue durante años, el camino natural de salida desde Castilla hacia el Mediterráneo, lo que ha marcado la historia de esta población.
La ciudad de la luz
Continuamos hasta Alicante, la ciudad de la luz, donde visitamos el castillo de Santa Bárbara, emblema que se eleva a 200 metros de la costa y ofrece una impresionante panorámica de la ciudad. La cumbre y parte de la ladera del Monte Benacantil están ocupadas por el inmenso castillo que posee tres recintos diferenciados. El más alto conserva los restos más antiguos, ibéricos, romanos y árabes; en el intermedio se levantaron las dependencias del S. XVI y en el último se ubica el llamado Revellín del Bon Repós y el monumento al alicantino Félix Berenguer de Marquina, capitán general de Filipinas y virrey de Nuevo México.
Pueblo bonito
Y por último, llegamos hasta el castillo de Guadalest, uno de los pueblos más bonitos de España. Situado en lo alto de un peñasco, con sus casas encajadas en la roca, ofrece las vistas más espectaculares de la sierra de Xortà, Serrella y Aitana. Sus calles llenas de historia le valieron ser declarado Conjunto Histórico Artístico desde el año 1974. Está dividido en dos zonas: el barrio del castillo, en lo alto de la peña, rodeado por las murallas, y el barrio del arrabal, que se creó más tarde. Sorprende la gran cantidad de museos de esta pequeña localidad, dedicados a los belenes, las casas de muñecas, las microminiaturas, la etnología o la historia medieval.
Terminamos nuestra ruta, cansados y felices tras una experiencia que gusta por igual a mayores y a pequeños, que aúna mar y montaña, pasado y presente, cultura y diversión.