Ibiza nos invita a vivir su diversidad para que podamos disfrutarla en familia. Conoceremos antiguas civilizaciones, recorreremos senderos, realizaremos excursiones en trenes o barcos turísticos, participaremos en juegos en la playa y muchas otras sorpresas. Su riqueza cultural, histórica y natural le ha supuesto un reconocimiento internacional, con la declaración en el año 1999 de Patrimonio de Humanidad por la Unesco.
Su clima privilegiado permite disfrutar de Ibiza en cualquier época del año. Es una de las razones, pero no la única, para visitar la isla en familia. No faltan los motivos: aguas transparentes y cristalinas, paisajes de impresión, la tranquilidad de la Ibiza interior y rural, sus tradiciones centenarias…
Y, para los niños, además, los recuerdos serán para siempre, no solo por las actividades que les esperan, y que les cautivarán de inmediato, sino por la cantidad de información que absorberán en sus vacaciones. Diversión y aprendizaje. Eso es lo que les espera en Ibiza.
En la playa
Las playas ibicencas son un escenario perfecto para comenzar a descubrir la belleza de la isla. Calas impresionantes, paradisíacas y desérticas nos harán vivir momentos inolvidables en familia. Sus aguas cristalinas, arena y dorada y un mar en calmason virtudes compartidas a lo largo de la costa. Las más familiares, como las que mencionamos a continuación, cuentan con todo tipo de servicios para que todos disfrutemos a tope: alquiler de patinetes acuáticos, sombrillas, así como la la posibilidad de practicar todo tipo de deportes náuticos.
Portinatx es una localidad con un gran encanto natural y una tranquilidad que la hace ideal para familias. Sus playas integran un grupo de tres calas, s’Arenal Gros, la principal, s’Arenal Petit, más pequeña, y un pequeño puerto de pescadores situado al final de la carretera, Es Portixol. Las vistas de la bahía son extraordinarias y encontraremos todo tipo de comercios en los alrededores. Hay, además, un pequeño parque acuático con toboganes.
Sant Antoni de Portmany nos descubre Cala Salada, que se compone de una cala mayor y otra menor, llamada Cala Saladeta. Nos encantará su ambiente tranquilo y familiar, así como su entorno privilegiado. Nos encontraremos rodeados de un frondoso bosque mediterráneo, con numerosos rincones donde pasear sin prisas o admirar el paisaje.
En un entorno natural de belleza singular, ubicado en Sant Josep de Sa Talaia, nos espera un grupo de calitas que conforman una estampa con tintes paradisíacos. Hablamos de Platges de Comte. La magia de sus aguas color turquesa se combinan con la belleza de su arena fina y blanca, un espectáculo que culmina con el colorido espectáculo del sol al atardecer. Los niños lo pasarán aquí en grande rebuscando entre la arena, ya que está repleta de conchas.
En Santa Eulária se encuentra Cala Llonga, situada entre grandes montañas y cerca de la desembocadura de un torrente con abundante vegetación. Los acantilados nos ofrecen la oportunidad de perdernos un poco, porque sus formaciones nos abren pequeñas calitas ideales para el descanso y el baño. Aunque si vamos con niños más bien pequeños, lo mejor es disfrutar de los servicios y posibilidades de entretenimiento que encontraremos en la playa.
Ibiza natural
Si las playas son ideales para visitar en familia, no lo son menos los parajes naturales. A nuestros hijos les encantará visitar las cuevas de Can Marcà, espacios naturales resultado de la acción natural, con estalactitas, estalactitas y pequeños lagos. Podremos conocerla en un recorrido de 40 minutos con efectos de agua, luz y sonido.
Igualmente encantados quedarán si nos acercamos al Parque Natural de Ses Salines, que engloba un conjunto de hábitats terrestres y marinos, con valores ecológicos, paisajísticos, históricos y culturales de primer orden. El parque es un lugar de descanso y nidificación para muchas aves migratorias, como flamencos y garzas. Nuestros pequeños se divertirán al tiempo que aprenden a valorar la naturaleza.
El paisaje interior de la isla despliega toda su belleza en cualquier época del año, incluso en invierno, cuando el campo aún muestra su esplendor verde y florido. En estos meses, podremos contemplar los almendros en flor en la zona del Pla de Corona.
El mar es también una fuente de diversión en comunión con la naturaleza. La posidonia es una planta, una fanerógama endémica del Mediterráneo, que crece recubriendo los fondos marinos, formando frondosas praderas. En Ibiza, sorprende su buen estado de conservación, algo muy importante porque contribuyen a la diversidad de la vida marina y son responsables de la pureza y transparencia de las aguas. Gracias a distintas actividades, como prácticas de buceos y excursiones, podemos conocer con nuestros hijos un ecosistema de gran interés.
Recorridos culturales
Ibiza es también cultura, y conocerla es un ejercicio estimulante para nosotros y divertido para nuestros hijos. La declaración de la Unesco puede servirnos de guía, porque en ella se incluyen tanto bienes culturales como naturales, cuya visita es indispensable para conocer la isla. Hablamos del Recinto amurallado de Dalt Vila, la Necrópolis Fenicio-Púnica de Puig des Molins, la más importante del Mediterráneo, el Poblado Fenicio de Sa Caleta (s.VIII a.c) o el Santuario Púnico des Culleram, cueva natural donde se encontraron restos de entre los siglos IV y II a.C. Las rutas nos ofrecen la oportunidad de concentrar nuestras visitas para hacerlas más efectivas.
Ruta clásica
Lo más recomendable es iniciar la visita realizando un recorrido por el Recinto amurallado de Dalt Vila del s. XVI, accediendo al mismo por la puerta principal El Portal de les Taules con su puente levadizo, donde se observa el escudo con las armas de Felipe II, que nos recuerda el año de su construcción: 1585. En primer lugar, nos encontraremos con el Patio de Armas, lugar singular con diez arcos de medio punto que durante años acogió el primer mercadillo hippy de la isla.
Visita a los baluartes museizados
Lo mejor para que nuestros hijos disfruten a la vez que aprenden es sumergirlos en un entorno capaz de recrear escenarios del pasado. Los baluartes lograrán esta misión. El Baluarte de Sant Pere es fascinante, porque allí se proyectan audiovisuales que enseñan de qué forma se alzaron obras tan grandiosas como el recinto amurallado de Dalt Vila. La fortificación renacentista fue obra del ingeniero italiano Giovani Battista Calvi, y conserva su trazado original desde el siglo XVI.
El Baluarte de Sant Jaume también nos depara sorpresas. Aquí se encuentran la principales piezas de artillería que cubrían ambos espacios con fuego cruzado. Es una representación de la tecnología militar desde los siglos XVI al XVIII. Podremos ver cañones, un mortero, mosquetes, espadas, arcabuces, cascos y armaduras. A nuestros hijos les encantará que les dejen ponérselas.
6 Ideas para disfrutar en familia
Visitas teatralizadas en la necrópolis del Puig des Molins
Gracias a estas visitas guiadas, podremos conocer cómo se vivía la época fenicia. Resulta muy entretenido, porque hacen representaciones de distintos rituales funeriarios de las diferentes civilizaciones que han pasado por la isla. Tiene lugar el último o penúltimo domingo de los meses de febrero, marzo y abril.
Visitas teatralizadas por Dalt Vila
A través de las explicaciones de los guías y de las dramatizaciones, se hace un viaje en el tiempo para entender mejor cuál era la sociedad de la época, qué peligros asediaban la ciudad; en definitiva, cómo era la vida en este lugar del Mediterráneo en el siglo XVI. Todo el año. Hay que inscribirse previamente.
Aquarium Cap Blanc
Una cueva natural acondicionada como acuario, con una extensión aproximada de 370 metros cuadrados y que contiene una muestra de las principales especies del Mediterráneo ibicenco. Es lo que encontraremos en este fantástico acuario que se originó como un criadero donde se conservaban los excedentes que los pescadores no podían vender. En la actualidad, cuenta con un programa de recuperación animal, principalmente para tortugas marinas.
Mercadillos hippies
Las compras no pueden faltar en nuestras vacaciones ibicencas. Los mercadillos hippies son una verdadera caja de sorpresas, porque ahí podemos encontrar lo más insospechado: ropa original para nosotros o nuestros hijos, bisutería, juguetes artesanales, bolsos… Hay varios en la isla pero los más conocidos y grandes son los de Las Dalias y el de Punta Arabí. El primero abre todos los sábados del año, aunque ha incorporado otras fórmulas que incluyen el ya popular Night Market, varias semanas de mercado interior para la Navidad, e incluso de varios días para Semana Santa. El de Punta Arabí abre todos los miércoles de abril a octubre, y además de los artículos que ofrece, podremos disfrutar de música y actuaciones, artistas y estatuas vivientes
Baile típico en patio iglesia Sant Miquel
Todos los jueves, a las 6 de la tarde, podemos contemplar una exhibición de baile payés, que coincide con el mercado de artesanos en la plaza de Sant Miquel. Seguro que nuestros hijos disfrutan con este baile tradicional, donde nos explicarán, en distintos idiomas, los diferentes tipos de baile y el origen del traje típico de la mujer, con más de diez faldas superpuestas.
Ibiza, desde otro punto de vista
Seguro que nuestros hijos buscan experiencias y emociones. Nada mejor para ello que realizar excursiones en trenes o barcos turísticos que permiten conocer zonas recónditas de la isla: apreciar de cerca el mágico islote de Es Vedrà, donde decían que había una base de ovnis, visitar la zona llena de almendros cerca del pueblecito de Santa Agnès o hacer una excursión en bicicleta para recorrer caminos de tierra que pasan por entre frondosos pinos y acabar dándose un chapuzón en la playa. Y qué tal embarcarse en un kayak para ver playas desérticas donde solo se puede llegar desde el mar.