El Jardín Botánico de Gijón es uno de los mejores reflejos de una ciudad muy atractiva, y destino ideal para ir en familia, acompañado de los peques. Un lugar donde se respira naturaleza por los cuatro costados, donde la diversidad de colores refleja los azules del mar, los ocres de la Laboral, los verdes que también son protagonistas en las sendas y rutas de la zona rural.
El Jardín Botánico de Gijón es un paraíso de 25 hectáreas en permanente evolución, ya que cada estación se envuelve en una atmósfera diferente, en una amalgama de atractivos aromas que nos guían a través de robles, hayas, plantas aromáticas.
Iniciativa original
Precisamente esas hierbas tan expresivas han sido protagonistas en el reciente Equinoccio de Primavera, una de las grandes citas del año, momento en el que se suceden talleres, paseos a caballo con asturcones, que es una raza autóctona en peligro de extinción, y como principal novedad, en esta edición, un “Show Cooking” con algunos de los mejores cocineros de la región. Ha sido una iniciativa original, que combinó la parte didáctica, de enseñar a cocinar a los aficionados gijoneses y visitantes, con el placer añadido de que, tras la parte teórica, también hubo una pequeña parte práctica, en la que los asistentes pudieron dar su veredicto sobre los platos preparado en la Finca de la Isla.
Un bosque para los niños
El Jardín Botánico Atlántico parece esta diseñado para los más pequeños, porque define un espacio creado específicamente para ellos, para que se sientan parte de la naturaleza que van a explorar y aprendan jugando con ella.
Todo el año es un espectáculo, especialmente en verano, porque siempre se organizan multitud de actividades, como visitas guiadas y talleres infantiles, para que tanto los mayores como los pequeños puedan disfrutar de un rato del aire libre, respirando aire puro, disfrutando a tope.
Este es un bosque que disfrutaremos simplemente contemplándolo, pero no solo eso: podemos imaginar, explorar, descubrir y divertirnos en compañía de los nuestros. Todo está preparado para que la experiencia sea enriquecedora: paneles adaptados al tamaño y capacidades de nuestros hijos, con un lenguaje cercano, ilustrado con imágenes y recursos de apoyo. Además, siempre encontraremos elementos de juegos organizados por temas, que están integrados en el entorno natural. Como vemos, es un espacio creado para que nuestros hijos aprendan cómo es en realidad un bosque, para que convivan por un momento con multitud de organismos vivos formando un complejo y valioso ecosistema.
Libélulas gigantes y ranas adivinas
Es posible que los libros de texto le enseñen a nuestros hijos qué es un carbayo o cuáles eran las plantas que comían los dinosaurios. Pero nunca recibirán una experiencia tan completa como cuando lo comprueben en vivo. Un guía muy especial nos descubrirá estas y otras muchas curiosidades sobre el mundo vegetal y la vida en el bosque.
Ningún libro, por muy útil que sea, podrá sustituir las sensaciones de pasear al lado de tejos y carbayos centenarios, helechos arborescentes o ruibarbos gigantes. Conoceremos también, con nuestros hijos, las especies que dan frutos comestibles, como el arándano, la manzana o la fresa silvestre; también, especies exóticas como el bambú, la andrómeda o los coloridos plumeros de las flores del astilbe.
También nos familiarizaremos con algunos habitantes tan especiales como una libélula “gigante” y quince ranas adivinas y podremos disfrutar, además, de un colorido auditorio y una zona de juegos, donde un espectacular cuélebre nos espera para sorprendernos. No podemos perdérnoslo.
Un lugar para aprender del bosque
Todo en este bosque es aprendizaje para nuestros pequeños. Aquí aprenderán lecciones que les servirán para muchas otras disciplinas muy útiles para su futuro. Por ejemplo, en esta gran casa todo se rige por los números y las leyes matemáticas, una gran arquitectura natural de enorme precisión. El crecimiento de los árboles, el número de pétalos de las flores, las superficies, las simetrías… Todo tiene un sentido y obedece rígidas ecuaciones.
Los chicos y chicas podrán distinguir estos patrones matemáticos que rigen el comportamiento de sus habitantes, presentes en la gran diversidad de formas que podremos ver, y también en otros aspectos menos positivos, como la magnitud del proceso de desforestación sobre el planeta.
Pequeños curiosos
Aquí también podremos satisfacer la curiosidad innata en los más jóvenes. Les podremos contar que una hormiga es capaz de levanta hasta 50 veces su propio peso. Estas y otras historias estarán presentes con nuestro ingenio a lo largo del paseo y, también, gracias a el apoyo de material didáctico que se ha elaborado para la ocasión.
El Jardín Botánico es una delicia natural, una visita obligada cuando nos acerquemos a Gijón, una ciudad que tiene otros muchos atractivos, desde gastronómicos, con sus jornadas mensuales, sus eventos en la calle y los productos Gijón Goloso y Gijón Gourmet, hasta la magnífica Playa de San Lorenzo o el Acuario. Gijón es una de las ciudades más divertidas del Norte. ¿A qué esperas para perderte?