El Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro es la única zona natural del mundo donde conviven el lince, el lobo y el águila imperial. Localizado en la zona nororiental de la provincia de Córdoba, en el extremo de la comarca de Los Pedroches, el parque linda al norte con Ciudad Real y al este con el Parque Natural Sierra de Andújar, en la provincia de Jaén, representando el límite natural entre ambos el río Yeguas. Las localidades de referencia de este relevante espacio natural son las que dan nombre al parque, ya que casi la mitad del término municipal de Cardeña se sitúa dentro del mismo –más del 60 por ciento de la superficie del parque pertenece a este municipio–, mientras que este porcentaje alcanza algo más del 25 por ciento en el caso de Montoro.
La gran riqueza ecológica y faunística que atesora el Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro ha motivado su declaración como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y, por tanto, como Zona de Especial Conservación (ZEC). Además, el hecho de que esté en contacto con otros espacios LIC permite la creación de corredores ecológicos que suponen mejoras para la protección de especies en peligro de extinción, como el lince, que son sensibles a la fragmentación de su territorio.
Armonía y belleza. La localidad de Cardeña es el punto de referencia de este espacio natural. Situada al noreste de la provincia de Córdoba, a unos 80 kilómetros de la capital, goza de las ventajas ambientales de estar a una altitud que supera los 700 metros sobre el nivel del mar. La totalidad de su término municipal (511,2 kilómetros cuadrados) se halla inscrito en la región natural de Sierra Morena, en el ámbito más oriental de esta unidad dentro de la provincia de Córdoba, limítrofe con la provincia de Jaén. Más concretamente, el municipio se sitúa, a su vez, en la comarca natural de Los Pedroches, extensa área granítica de relieve amesetado que discurre por el interior de la Sierra Morena cordobesa. El actual municipio serrano de Cardeña, uno de los de mayor extensión de la provincia, se caracteriza por la persistencia de un medio natural de notable calidad que ofrece grandes atractivos tanto para los amantes de la actividad cinegética como para los entendidos y degustadores de sus producciones de carnes y embutidos de cerdo ibérico. Asimismo, la localidad de Cardeña ha sido premiada en varias ocasiones a lo largo de su historia por su armonía y belleza. En el año 1968 fue galardonada con el Primer Premio Nacional de Embellecimiento de Pueblos que otorgaba el Ministerio de Información y Turismo; y ya en 1974 su prolongada y antigua travesía caminera fue distinguida con el Premio Nacional Conde de Guadalhorce del Ministerio de Obras Públicas.
La puerta de Andalucía. Hay otras localidades del parque que también captan la atención del viajero, como El Cerezo, aldea de modestas casitas recuperadas como alojamientos rurales e integradas en el paisaje de la dehesa, un buen lugar para quienes buscan paz y tranquilidad. Esta antigua pedanía, abandonada desde el año 1960, comenzó a rehabilitarse en 1988 mediante una Casa de Oficios y una Escuela-Taller. Por su parte, Azuel, bautizada con el sobrenombre de Puerta de Andalucía, es además puerta de otros dos parques naturales, Sierra Madrona y Parque Sierra de Andújar, y a la vez entrada de la Mancomunidad de los Pedroches. Azuel pertenece al término municipal de Cardeña, de la que dista siete kilómetros, y está estratégicamente situada en la confluencia de las provincias de Córdoba, Jaén y Ciudad Real, teniendo como principal vía de acceso la N-420, que une Córdoba con Tarragona. Destaca del resto de la comarca de los Pedroches por estar ubicada a una menor altitud, unos 670 metros, y porque conforma un suave barranco hacia el río Yeguas. Esto le confiere algunas particularidades visuales y sensoriales que se reflejan en las encinas de mayor tamaño que la circundan y el disfrute de varios grados más de temperatura durante los meses de invierno. Se trata también de una de las localidades más antiguas de la comarca de los Pedroches, como demuestra su resto más vetusto rescatado: un trozo de vasija datado en el Neolítico y que en la actualidad se puede admirar en el Museo Arqueológico de Córdoba. De la época prerromana destaca también el llamado Tesoro de Azuel, que está compuesto por vasos, anillos y monedas de plata de origen ibero. De este período se conservan también vestigios de explotaciones mineras, tumbas con sus ajuares y restos de una pequeña calzada. Durante la dominación árabe, la comarca de Los Pedroches perteneció a la Cora, provincia de Fash-Al-Ballut o Llano de las Bellotas –provincia islámica donde se asentaron en el siglo XI las tribus bereberes de los benimerines, quienes trajeron consigo la raza de las ovejas merinas–. Estos datos se han confirmado gracias a los restos árabes descubiertos en el sitio denominado Castillo de Azuel.
Venta del Charco es otra de las villas a explorar. Este municipio de cuidada distribución está situado en un enclave privilegiado en el interior del Parque Natural y sus rincones merecen ser descubiertos con la calma de un paseo. Como dato curioso, es además el lugar de la provincia de Córdoba donde más llueve. Aquí, el gran atractivo de la zona es la población de roble melojo o rebollo, una de las escasas masas forestales de esta especie presentes en Andalucía y la única de la provincia.
En la última parada, Montoro, se siente con intensidad el peso de la historia, el legado de los primeros pobladores andaluces. Aquí el inicio de la Prehistoria se remonta a unos 50.000 años, en pleno Paleolítico Medio. Para encontrar presencia humana sedentaria hay que avanzar hasta el quinto milenio a.C., y es en el Bronce Final (1100-950 a.C.) cuando comienza la Protohistoria montoreña, según demuestran los restos encontrados en el Llanete de los Moros. Fenicios, griegos y cartagineses visitaron la antigua Epora (Montoro), pero fueron los romanos quienes le dieron mayor esplendor. Con el fin de la presencia romana y el inicio de los reinos visigodos, Epora perdió su esplendor, pero logró mantenerse independiente hasta la llegada de los árabes, cuya dominación duró unos cinco siglos, hasta el día de San Bartolomé del año 1240, fecha en la que las tropas al mando del rey Fernando III El Santo reconquistaron Montoro para la causa cristiana.
Conjunto histórico artístico. Algunos siglos más tarde, Montoro juega también un papel muy importante en la lucha contra otro invasor, los franceses de Napoleón. El rey Fernando VII reconoció el patriotismo de los montoreños concediendo a la localidad el título de Noble, Leal y Patriótica el 8 de agosto de 1808, facultando al Ayuntamiento al uso de Maceros para dar solemnidad a los actos oficiales y otorgándole el trato de Señoría a todos los ediles de la Corporación. En 1969 fue declarada Conjunto Histórico Artístico por su riqueza artística y su típica arquitectura popular, estando considerada en la actualidad como la ciudad más pintoresca de la provincia de Córdoba.
Texto: Viajar El Periódico