Un clima único y espléndido convierten a Jaca en un envidiable destino para el verano. Si a esto le sumamos sus valores culturales y de naturaleza, ya tenemos el cóctel perfecto para unas vacaciones inolvidables. La capital pirenaica por excelencia nos espera con los brazos abiertos.
Jaca es una ciudad única que impresiona a cuantos se acercan a visitarla porque sus atractivos son numerosos, sugerentes y heterogéneos. De hecho, ha sido objeto de atención de numerosos escritores, historiadores e intelectuales a lo largo de la historia. Jaca cuenta con un microclima especial que la hace inigualable para disfrutar del ocio y la naturaleza, con una temperatura inmejorable que llama a aprovechar del descanso en verano. Es una de las ciudades que más horas de sol al año contabiliza en toda la Península Ibérica.
La situación estratégica de Jaca, situada al pie de los Pirineos, rodeada de altas y nevadas montañas, su atmósfera limpia y soleada con doble número de días soleados que cubiertos y su importante legado cultural, consecuencia de sus más de dos mil años de historia, han convertido a Jaca, hoy en día, en un destino turístico de primera categoría.
Jaca monumental
La catedral románica, primera en el Camino de Santiago y una de las más antiguas de España cuyo interior alberga el Museo Diocesano de Arte Medieval, que reúne una importantísima colección de pintura medieval de las distintas iglesias y ermitas de la diócesis.
Su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, con su magnífica catedral y su Museo Diocesano de arte románico, su Ayuntamiento, su torre del Reloj, su fortaleza del S.XVI, La Ciudadela, que convirtió a Jaca en una importante plaza militar, así como el resto de iglesias y monumentos pero también sus recoletas plazas, el sabor auténtico de sus calles y la proliferación de sus bellos parques y zonas de esparcimiento enfatizan su carácter acogedor.
La mejor forma de conocer todas estas maravillas es a través de las visitas guiadas que se organizan, y que podemos consultar en la oficina de turismo. Gracias a ella podremos conocer más a fondo la Jaca monumental y modernista.
Entorno natural
A su gran riqueza patrimonial hay que sumar su impresionante entorno natural al situarse en uno de los rincones más bellos de todo el Pirineo Aragonés. Montañas, bosques, prados, ibones, ríos, torrentes, fauna, flora. Explosión de colores, naturaleza a raudales para el ocio y disfrute tanto de niños como de adultos.
Sus alrededores y los valles pirenaicos son el escenario ideal para realizar todo tipo de actividades relacionadas con la montaña y los deportes al aire libre. Desde el patinaje artístico, hockey sobre hielo o curling en el Pabellón de hielo de Jaca, el ski en todas sus modalidades, el senderismo, escalada, rutas de BTT, rutas ecuestres, barrancos, vías ferratas, espeleología, golf, vuelo a vela hasta los tradicionales como la caza y pesca, entre otros.
Hablar de senderismo en Jaca y su comarca es casi una redundancia: el Camino de Santiago, el GR-11, las cañadas reales o caminos de la trashumancia, senderos ornitológicos… Hay senderos de todos los niveles y posibilidades. La ascensión a la Cruz de Oroel desde Jaca, la excursión a Bergosa o los senderos Sector Oresa son algunos ejemplos de anillo verde que rodea la ciudad de Jaca y que nos permite recorrerla en familia para admirar todo su esplendor natural.
Fiestas
Jaca y sus alrededores ofrecen una gran variedad de posibilidades ya que la actividad cultural es muy rica y variada. En esta ciudad pirenaica se desarrollan desde los cursos de verano de la Universidad de Zaragoza, fundados en 1927, hasta el Festival Folkórico de los Pirineos, que tiene lugar cada dos años, el Festival de Música antigua en el Camino de Santiago, Las Fiestas Patronales de Sana Orosia y San Pedro, los festivales de teatro, conciertos, exposiciones, congresos, convenciones, hasta una gran oferta de eventos culturales y deportivos que la hacen especial, divertida, atractiva y única en cualquier época del año.
Cultura y deporte
Durante la época estival, se celebra una amplia y diversa serie de eventos, tanto culturales como deportivos, que hacen de Jaca una ciudad especial y única. Eventos tanto para público infantil como adulto. Desde los títeres y cuentos a la luz de la luna para niños y adultos hasta los cursos de verano de la Universidad de Zaragoza, que se inauguraron en 1927 y todavía hoy se siguen impartiendo. El Festival Folkórico de los Pirineos, en el que participan grupos de los cinco continentes, el Festival de Música antigua en el Camino de Santiago cuyos conciertos tienen lugar en las distintas iglesias a lo largo del Camino Aragonés y especialmente en Jaca, el Mercado Medieval, Conciertos del ciclo Jaca Monumental a través de la música folclórica y clásica, la feria de dibujo y pintura, la Feria del libro, el Festival Pirineos Mágicos, conciertos de Jazz, teatro, conferencias, exposiciones, congresos, jornadas gastronómicas, actividades comerciales etc.
Legado medieval
El puente de San Miguel es uno de los escasos puentes medievales que se conservan en el Pirineo Aragonés y por su monumentalidad, ubicación estratégica y buen estado de conservación resulta ser una de las obras hidráulicas más significativas del Alto Aragón. A pesar de que se desconoce la fecha exacta de su construcción, suele aceptarse que, por su aspecto y estructura, el puente es de época bajo medieval (S. XV), aunque algunos autores proponen adelantar su cronología. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1943 y actualmente es Bien de Interés Cultural.
El puente de San Miguel se levantó en una época de libertad en cuanto a la construcción de puentes se refiere, ya que eran principalmente los burgos quienes decidían la necesidad de su construcción. Además, la introducción del arco apuntado aportó más posibilidades geométricas al constructor medieval frente a sus predecesores romanos. La flexibilidad geométrica de la forma ojival supone que las bóvedas pueden arrancar de la misma base de las pilastras, lo que aporta una mejora muy importante para su estabilidad.
El puente presenta un alzado asimétrico, pues apoya directamente sobre la orilla derecha, más alta y sólida, mientras en la izquierda, más baja, descansa directamente en la propia terraza fluvial. Muestra un perfil a doble vertiente, propio de los puentes medievales, y un arco central apuntado, con rosca de sillería, que salva el cauce principal. Otros dos arcos más pequeños funcionan como aliviaderos, en caso de avenidas. Su estructura se refuerza mediante dos tajamares situados entre los arcos.
El puente mide 96 metros de longitud y la flecha de su arco principal alcanza los 17 metros. La bóveda presenta rosca de sillería con dovelas limpiamente orientadas y se completa con dos arcos más pequeños y tajamares entre ellos. El conjunto se remata con un suave lomo de asno.