Al Norte de la provincia de Cáceres, en el extremo occidental de la Sierra de Gredos, flanqueado por las montañas más altas de Extremadura y regado por aguas cristalinas, se encuentra uno de los valles más emblemáticos de España “el Valle del Jerte”.
El relieve es el gran protagonista, con altitudes que oscilan entre los 350 y los 2.500 metros, responsables en gran medida del singular microclima jerteño. Esta variación de altura y las múltiples orientaciones permiten numerosos ecosistemas: bosque de ribera, dehesa de encina, robledales, matorrales y pastizales de alta montaña, junto a un bosque cultivado de cerezos, con presencia de castaño y olivo.
Este singular valle se compone de once municipios: Barrado, Cabezuela del Valle, Cabrero, Casas del Castañar, Jerte, Navaconcejo, Piornal, Rebollar, Tornavacas, El Torno y Valdastillas. Están divididos en ribereños, situados a orillas del río Jerte; y serranos, en las laderas y sierras. La mayor parte de ellos tienen su origen en antiguos asentamientos vetones. La comarca del Valle del Jerte, es conocida internacionalmente por la floración de los cerezos, este espectáculo, este velo blanco formado por flores de un millón y medio de cerezos cubre el valle durante al principio de la primavera, este acontecimiento con el que nos brinda cada año la agricultura viva del Valle de las Cerezas ha sido declarado Bien de Interés Cultural y Fiesta de Interés Turístico Nacional. Si el blanco es su color más genuino, el que realmente lo define es el color rojo de sus sabrosas cerezas.
La Cerecera, el color y el sabor del valle
Hay quien conjetura que el cerezo fue introducido por los árabes y que, tras la Reconquista, los nuevos colonos lo encontraron perfectamente adaptado a estas tierras. Lo que se sabe con certeza es que en el siglo XIV era un alimento destacado en la zona. Después de este tiempo, en el Valle Cereza se cultivan más de 100 variedades de cerezas. Entre todas ellas destacan las Picotas del Jerte, variedad autóctona que únicamente se produce en este rincón del planeta. Posee su propia denominación de Origen Protegida, y están consideradas las mejores cerezas del mundo.
La recolección de este preciado fruto se realiza desde mediados de mayo a finales de julio, unos meses en los que los agricultores recogen el fruto de su esfuerzo. Este fruto aguarda en más de millón y medio de cerezos diseminados por las verdes laderas de las montañas.
En esta época se celebra la «Cerecera», un programa cultural, gastronómico y festivo que invita a descubrir la esencia del valle en su periodo más intenso. La Feria de la Cereza es una de las citas destacadas que componen la programación. Este 2019 se celebra el 2 de junio en la localidad de Cabezuela del Valle. Mercado de cerezas, animación de calle, degustaciones y rutas dan forma a esta feria que celebra ya su X edición.
¿Imaginan un menú compuesto por platos con la cereza como eje principal? La versatilidad de esta fruta en la cocina queda patente en las Jornadas Gastronómicas de la Cereza Picota. Diferentes restaurantes del valle ofertan, previa reserva y a precio cerrado, una serie de suculentas y sorprendentes propuestas culinarias.
Si lo que quieres es conocer desde dentro el proceso de clasificación y selección de la fruta, las jornadas de puertas abiertas y visitas guiadas a la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte son la mejor opción.
Además, diferentes empresas de actividades ofrecen al viajero la posibilidad de vivir la recogida de la cereza de una forma muy personal, es el llamado Agroturismo de la Cereza, dando la oportunidad de llevarse a casa las cerezas recolectadas.
El Valle del Agua: Temporada de baños.
La palabra “JERTE” proviene de “XERIT”, nombre con el que los árabes bautizaron al río que es la arteria principal del valle. Su significado tiene dos acepciones: río angosto y río cristalino. El Jerte es uno de los ríos de montaña mejor conservados del país, y en verano puede disfrutarse de una amplia red de piscinas naturales perfectamente habilitadas y acondicionadas en torno a él, que dan la oportunidad de refrescantes baños en verano.
Y es que el Valle del Jerte también es conocido como “El Valle del agua” dada su gran abundancia en recursos hídricos. Además del río Jerte, son especialmente relevantes las gargantas de San Martín, Becedas, Papúos, Los Infiernos, Buitres, Nogaledas, Honduras, Puria o Bohonal. Los saltos de agua y cascadas en estas gargantas son un auténtico espectáculo natural y el escenario preferido para los amantes del barranquismo.
Un paraíso llamado infierno.
La práctica totalidad del Valle del Jerte (el 95%) se encuentra amparada bajo alguna figura de protección natural, ya que en él confluyen, de modo solapado, dos redes de espacios protegidos, por un lado la Red Natura 2000 y por otro la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura (RENPEX). También aquí se encuentra la mayor concentración de árboles singulares de Extremadura.
La joya central de ese acervo natural es la Reserva Natural Garganta de los Infiernos. Con una extensión de 6.927,5 hectáreas y una variación altitudinal entre los 300 y los 2000 metros, encontramos en ella una gran biodiversidad. Una variedad de ecosistemas, fauna y flora que la han convertido en un icono del Valle del Jerte.
En esta Reserva Natural no podemos dejar de visitar el paraje de “Los Pilones” considerada una de las zonas de baño naturales más bellas del mundo. Se trata de una formación geológica de granito en la que el agua, con el paso de los siglos, ha ido horadando una sucesión de pozas. Su nombre científico es marmitas de gigante.
Valle del Jerte: Turismo activo
La comarca es un referente en turismo activo, ya que en ella pueden practicarse una gran variedad de actividades al aire libre como senderismo, barranquismo, gargantismo, piragüismo, escalada, birding, espeleología o parapente entre otras.
El Centro BTT Valle del Jerte, cuenta con seis rutas balizadas que suman más de ciento sesenta kilómetros que permiten conocer sobre dos ruedas los pueblos y rincones más interesantes de la comarca. Los aficionados al senderismo, pueden elegir entre 26 senderos homologados, 10 lineales y 16 circulares, de diferente dificultad y longitud, que recorren los paisajes de muy diversa tipología y adentran al caminante en pintorescos rincones naturales cargados de belleza. Desde hace unos años, la comarca se ha convertido en un destino preferente para los aficionados al descenso de gargantas, pues tienen lugar aquí descensos deportivos de primera categoría, con tramos de enorme belleza.