¿Ya tenéis la maleta hecha? Entonces no espere más: Alemania está deseando acogeros como destino turístico. Comprobaréis las inmensas posibilidades de este país, que aunque no suele estar entre las primeras opciones de turismo, siempre nos ofrece su mejor sonrisa.
Berlín
Berlín puede ser de todo, menos aburrida. Capital mundial en el centro del continente, urbe creativa, ciudad de tendencias, ciudad de la moda, urbe del diseño, ciudad de la música y ciudad del deporte. Y, además, la capital de Alemania. Berlín ha vivido mucho y visitarla es una experiencia en todos los sentidos. Un imán para millones de personas; una metrópoli perteneciente a un país cordial y acogedor; un sinónimo de estilo de vida urbano; una fusión de este y oeste. Visto así, una ciudad típicamente alemana, pero también un mundo aparte.
El Muro de Berlín: lo que antaño dividió la ciudad hoy se ha convertido en un recuerdo a la par que un símbolo bastante atractivo de la recién recuperada unidad alemana. Se puede percibir en la «Ruta del Muro de Berlín»; en la «Milla histórica del Muro de Berlín»; en el «East Side Gallery» y en la calle Bernauer Strasse.
Bonn
Es la ciudad que antaño representaba a toda la República. Y con toda la razón, porque la «República de Bonn» sigue siendo símbolo de democracia, de entendimiento y reconciliación. Que la ciudad natal de Beethoven también simboliza el presente se percibe en la arquitectura contemporánea y las muestras de arte de los espacios públicos. Y obviamente, en el grandioso espectáculo de fuegos artificiales «Rhein in Flammen» (el Rin en llamas).
Los mejores entre los mejores: el Museo de Arte de Bonn, basándose en su colección August Macke, se centra en unos pocos artistas extraordinarios, representando así las corrientes del arte alemán en una manifestación de una profundidad única.
En el Festival de Beethoven el genio de Bonn no es el único foco de atención. También lo es el conocimiento actual que se tiene de su música que también se refleja en obras de otros genios, como Lorin Maazel o Kurt Masur.
Bremen
En Bremen y Bremerhaven la vida siempre ha girado en torno a países lejanos. Como ciudades portuarias y comerciales mantenían contacto con el mundo entero y desde siempre han sabido apreciar la cara placentera de la vida. Otra tradición se muestra en los «Músicos de Bremen», el cuento de los hermanos Grimm conocido en todo el mundo. Por cierto que dicen que trae suerte tocar las patas del asno, pero solo si se hace con las dos manos.
Orgullo de la ciudad y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el ayuntamiento y la estatua de Rolando. Símbolo la una de una gran tradición comercial y de libertades civiles el otro.
Y ambos forman parte de un conjunto de importancia y belleza excepcionales.
Dresde
Que Dresde es tan bella que se la conoce como la Florencia del Elba es algo conocido por todos, al igual que su fantástica ubicación en medio de un maravilloso paisaje fluvial. Tampoco es nuevo que sus edificios más famosos, como la Ópera Semper, la iglesia Frauenkirche o el Zwinger, asombran y entusiasman al visitante por igual. Lo mismo que consiguen los doce museos que forman las Colecciones Estatales de Arte. Solo que- da una cosa más por añadir: ¡ya es hora de que lo compruebe por sí mismo!
Castillo Albrechtsberg, el Castillo Lingner y el Castillo Eckberg, también conocidos como los tres Castillos del Elba, se encuentran a unos tres kilómetros al este del centro de la ciudad, en un extenso recinto de parques y jardines de estilo inglés. Una combinación de belleza y distinción.
Düsseldorf
Resulta difícil no caer rendido ante el encanto de esta ciudad. Por lo tanto, lo mejor es no intentarlo, sino directamente dejarse atrapar por las redes de Düsseldorf, la ciudad de la moda de Alemania convertida en una avenida comercial de lo más cautivadora. Aquí se decide lo que se va a llevar la próxima temporada en cuestión de moda, pero también las nuevas tendencias en arte y cultura. Entre elegantes galerías y la «barra más larga del mundo», la ciudad congrega a un público cosmopolita que también aprovecha para visitar Neuss y Ratingen, ciudades vecinas.
El casco antiguo de Düsseldorf no solo asombra por sus tabernas, bares y restaurantes. También por su arquitectura, cultura, fantásticas tiendas y bellas plazas y ambiente junto al Rin.
Más información www.germany.travel