La obra la vimos en el teatro Cofidis Alcázar de Madrid
La unión de Tricicle y Smedia para la adaptación de una obra de un noruego llamado Erik Gedeon ha dado como resultado una obra maravillosa y que me alegro mucho de haberla compartido con mis hijos.
Puede parecer raro que una obra en la que hay una enfermera medio loca y casi un poco sádica en una residencia de ancianos sea en realidad una comedia tierna, pero nunca cursi. Con humor negro, pero sin caer en excesos fáciles.
En el aspecto formal, la obra es de exquisita factura, las caracterizaciones perfectas, los actores son muy buenos y cantan, en directo, con una calidad asombrosa. Las canciones no son simples versiones de temas famosos, están interpretadas con todo el alma y la profesionalidad de unos actores que podrían dedicarse perfectamente a cantar profesionalmente hablando únicamente.
La sinopsis es que unos actores retirados viven su retiro en una residencia de mayores especializada en antiguos miembros del mundo del espectáculo. Allí son martirizados, puede que incluso inconscientemente por una enfermera mandona.
En los ratos en lo que la enfermera no está con ellos, interactúan entre ellos y recuerdan sus viejas glorias y hablan de su presente. Sin ánimo de destripar el argumento, hay un momento en el que uno dice “bien hecho”, con respecto a algo que le pasa a la enfermera 🙂
Es una obra que transmite unos valores y unos sentimientos que hace que ir a verla sea una experiencia muy gratificante.
No quisiera terminar esta reseña sin decir que el homenaje a Ozores con el pianista es sencillamente genial.
Por cierto, que imaginarme a los miembros de Tricicle viendo esta obra en su versión en Noruego y pensando en que eso se podría hacer en España, también tiene su puntito.
Porque Noruega es un país precioso y con una gente súper civilizada, pero con un idioma que no comparte ninguna raíz latina que pueda hacer entendible algo para unos tipos de Barcelona.
Aunque supongo que el humor es un idioma universal. Al fin y al cabo, Tricicle no necesitó hablar para hacer verdaderas genialidades.